Maestro y compañero. El péndulo es uno de mis instrumentos preferidos, con él puedo conectarme y trabajar en forma precisa y amena. Con práctica es muy fácil de utilizar, cualquier persona puede hacerlo siempre y cuando sea, cómo en toda técnica en la que trabajamos con energías, con respeto y a conciencia. Es considerado el instrumento más sencillo, versátil, útil y exacto por la mayoría de los radiestesistas debido a su amplia variedad de reacciones y su fácil manejo. Cualquier cuerpo con peso suspendido en un hilo puede ser un péndulo. Está constituido por 3 elementos: 1- La pesa del péndulo: ésta puede ser maciza o hueca (para introducir un material que se usará como testigo para detección). 2- La sujeción, que permite el movimiento oscilante de la pesa de péndulo, puede ser una cadena, una cinta, una cuerda, etc. 3- El cierre, puede ser un anillo, una perla o piedra, un símbolo o simplemente un nudo (este último elemento no es indispensable). Existen péndulos de madera, metal, de vidrio incluso de piedras preciosas. El péndulo actúa como amplificador de la sensibilidad del radiestesista. Los fenómenos perceptibles del péndulo tienen una explicación de orden físico: cada cosa (desde la materia inorgánica hasta los seres vivos) emite radiaciones y éstas son las que percibe quien lo utiliza. Gracias al péndulo, éste puede percibir las longitudes de onda o radiaciones naturales, lo que le permite detectar la presencia de lo que esté buscando: agua, enfermedades, medicamentos, objetos perdidos, o respuestas. Cuando no lo estés utilizando es importante tenerlo guardado en una caja de madera o bolsita, y limpiarlo cuando lo sientas necesario: sacalo al sol o la luna llena para que se recargue de energía, en el chorro de agua de la canilla o enterralo unos días (si son de madera o metal dentro de una bolsa plástica para que no se arruine).