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Sanar no es color de rosas
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A quien tiene quebrado el fémur no le decimos que deje de quejarse, que salga, que pise descalzo el pasto, que camine y que baile agradecido... ya que su intenso dolor no lo dejará hacer nada de eso. Es más, si lo hiciera agravaría su lesión. Ese tipo de consejos harán que se sienta incomprendido en su padecimiento, presionado a hacer lo que no puede y hasta quizás sienta culpa por no poder. Resulta obvio que antes que nada necesita curar su pierna. A medida que regenere su hueso podrá gradualmente poner en práctica aquellos consejos, lo cuales también pueden favorecer a completar su curación.
Es igual de inútil y contraproducente (aunque pareciera que no tan obvio) aconsejar que disfrute de una puesta de sol, del aire acariciando su cara, de la risa de un niño, de una sinfonía o sermonear sobre los beneficios del sentirse agradecido a quien tiene rota su ilusión, quebrada su esperanza, partido su corazón o astillado su pasado. De nada sirve repetirle mil veces que haga lo que ya sabe que le hará bien, pero que no lo hace no porque se le antoje no hacerlo sino porque no puede.
A veces, cuando lo que hay que sanar es poco y superficial, puede que un simple empujón motivacional sea suficiente. Pero no alcanza para quien lo que tiene roto está muy dentro. No nos engañemos, ni engañemos. Es raro, sino imposible, que alguien se sane de un día al otro. La sanación, como todo en la vida, es un proceso complejo compuesto por un sinfín de acciones… algunas grandes y muchas pequeñas. La “magia” (así, con minúscula) no existe, los supuestos caminos rápidos pueden resultar ser los más lentos y los que parecen más lentos resultar ser los más rápidos.
Quien está quebrantado lo que primero tiene que hacer es sanarse. Para sanar tendrá que tomar seriamente su dolor, meterse en sus grietas, ir tan profundo como le sea necesario, ocuparse de su herida sin agravarla, reconstruir lo que esté dañado.
Claro que, mientras tanto, también le servirá aprender a disfrutar de una puesta de sol, del aire acariciando su cara, de la risa de un niño, de una sinfonía o a sentir gratitud… pero lograrlo será parte de su meta y no el punto de partida de su sanación. Y durante ese recorrido tendrá momentos fáciles y otros difíciles, pero encontrará muchos más "pro" que "contras" cuando haya iniciado su viaje.🙏🏻😊
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