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Cuento con canciones de lluvia
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Se hace de noche de golpe y no son ni siquiera las tres de la tarde. Hoy está nublado, frío y solo quiero estar con vos. Llueve afuera y además está desierta la ciudad. Estoy en mi cuarto, con la luz apagada, sentado sobre la cama y con la guitarra en la mano. Dejé la ventana a medio abrir y me llega un olor a tierra mojada con recuerdos de infancia. Qué épocas aquellas en las que el gris era solo uno de los colores de la valijita para dibujar y que, en los días de lluvia, salíamos a jugar y hasta hacíamos carreras de “barquitos” con palitos en el agua que corría junto al cordón. La imagen que veo por la ventana me recuerda a una canción que tocaba cuando iba a la escuela y – a medias – se convierte en realidad. Era una tarde cualquiera y la lluvia la volvió canción.
Voy hasta la cocina, pongo la pava y me preparo un café con leche. Lo corono con una cucharadita de cacao y un toque de canela, como te gustaba a vos. Sé que conmigo nada es fácil, me conocés bien y si es cuestión de confesar: soy adicto al café y no entiendo de fútbol. La verdad es que también lloro una vez al mes, sobre todo cuando hace frío, pero nada de eso justifica lo que hiciste la otra noche. Te esperé bajo la lluvia y cuando llegaste, me miraste y me dijiste “loco, estás mojado, yo no quiero caminar en la lluvia y empaparme como vos”. Te fuiste y no me diste tiempo ni a explicarte que se me había roto el auto y que tuve que ir en colectivo para no perderme nuestra cita. Por eso esperaba con la camisa empapada a que llegaras a Santa Rosa y Muñiz, nuestra esquina de siempre. Esa fue la última vez que nos vimos. Desde entonces, si te preguntan, vos no me conocías. Por mi parte, no te guardo rencor. Es solo que preferiría que te hagas cargo y no culpes a la noche, a la playa, a la lluvia y admitas que no me amás, que ya no me evites ni me des más vueltas y seas clara.
Con el café en la mano, me asomo a la puerta. Me paro a tomar la infusión con el hombro izquierdo apoyado en el umbral. Estoy solo recordando mientras los segundos van pasando; no sé cómo te podré olvidar. Cae la lluvia en la ventana dibujando tu mirada y cada instante es una eternidad. Pensé que el agua se iba a detener en algún momento, pero todo lo contrario. En paralelo, tu recuerdo viene a mí como un aguacero que se convierte en tormenta tropical y arrasa con todo lo que tengo en la cabeza. Ya no sé ni qué pensar, si tu recuerdo me hace bien o me hace mal…
Lo que vos no sabés es lo que pasó después de aquél último encuentro. Fui a verte para hablar y justo que estaba llegando a tu casa, me encontré con tu amiga, Laura. Ella se puso nerviosa y me empezó a hablar y a hablar. Claramente, no quería que llegara a tu casa. Mientras ella me entretenía, vi a un auto llegar. Tocó bocina, bajaste, saludaste al pibe que manejaba y te fuiste con él. Señalándole el auto a Laura, le pregunté quién era él y no me supo responder, o en realidad no quiso hacerlo. Yo sé que no debía buscarte al otro día, pero no pude evitar hacerlo. Necesitaba al menos darle un cierre a lo nuestro. Ahora que lo pienso mejor, creo que buscarte es menos digno que pensarte, más difícil que encontrarte y menos triste que olvidarte, pero sé que te tengo que olvidar.
Llueve todavía. El cielo está cansado ya de ver la lluvia caer. Parece que esto no va a terminar nunca, a diferencia de mi café. La taza está vacía, como mi buzón de mensajes. No tenés que decirlo, no vas a volver. Te conozco bien. En este momento no encuentro forma alguna de olvidarte porque seguir amándote es inevitable. Si, inevitable. Lo mismo dijo Thanos y así le fue. Menos mal que ser fan de Marvel me dejó algunas enseñanzas. Aunque por momentos parezca lo contrario, nada es inevitable y si acaso no brillara el sol por varios días y quedara yo atrapado acá, puedo agarrar la guitarra y refugiarme en la música. Después de todo, detrás de todas las tormentas, sale el sol y hasta entonces, cuento con canciones de lluvia.
Playlist:
Llueve - Ella es tan cargosa.
Nublado y frío - Ticky.
Invierno - Reik.
Inevitable - Shakira.
Mil horas - Los abuelos de la nada.
Rosas - La oreja de Van Gogh
Será que no me amas - Luis Miguel
Luz sin gravedad - Belinda.
Tu recuerdo - Ricky Martin y Lamari
Llueve todavía - Joystick
Obsesionario en La Mayor - Tan biónica
Seguir viviendo sin tu amor - Luis Alberto Spinetta
Cada vez que sale el sol - Sergio Denis
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