"Fue confuso. La cuchilla iba directo hacia quien en otro momento fuese parte del clan enemigo. No todos supimos reaccionar, pero algunos ya estaban empuñando sus armas. Realmente estuvimos a punto de rebanarnos. No conozco mucho a Kang, pero algo me dice que la firmeza con la que N sostuvo su palabra sin retroceder, aún bajo el filo que lo amenazaba, le salvó de una ejecución terrible. ¿Qué hubiese sucedido si N salía corriendo? ¿De qué lado hubiese estado yo? Esta noche no puedo dormir pensando que mañana llevaremos la batalla hasta territorio de los ninjas Dragón Negro. Y en el insomnio se me repiten sin parar las palabras del furioso shek: "Nuestro hogar, nuestra gente... masacrados por los ninjas con los que hasta hace poco este tipo compartía cama y comida. ¿No les apesta a traición que ocurra justo cuando él se los lleva de excursión al sur?" Mario intentó intercambiar alguna idea que explicara mejor lo ocurrido las últimas semanas pero fue para peor. El shek prosiguió sin perdonarle: "Mírate Mario, vuelves acá vistiendo como uno de esos ninja. Usan sus espadas y sus sombreros... Y ahora hasta le defiendes. ¿Es él uno de nosotros o ustedes se han vuelto más como ellos?. Mañana honraremos la memoria de Armando, y si por un segundo veo duda en él... si nos desvía solo un poco del camino que nos acaba de mostrar, tendrán que detenerme ustedes mismos de tomar justicia por mis muertos."