El “Espíritu de Juego”, es la manera de incentivar a los jugadores a jugar limpio. En toda competencia o partido amistoso, desde los niveles más principiantes a los más avanzados, el “Espíritu de Juego” rige como conducta acudiendo a la buena fe de cada jugador. Esto incita a que el ultimate sea un deporte que se pueda jugar sin árbitro, tanto en el ámbito competitivo como recreativo. Consiste en depositar la responsabilidad del juego limpio en los mismos jugadores. El juego competitivo e intenso es alentado, pero nunca a expensas del respeto entre jugadores o de las reglas de juego y, sobre todo, sin sacrificar el más fundamental placer de jugar. El “Espíritu de Juego” es evaluado y premiado, al término de cada partido los equipos completan una planilla para calificar a su oponente. El premio al “Espíritu de Juego” es muy importante y festejado. En general, las buenas expresiones de Espíritu son registradas, reconocidas y recordadas por mucho tiempo.