Cierra tus ojos, siente tu respiración. Deja de cuestionar tu vida y acepta definitivamente que tu alma ha elegido amorosa y voluntariamente estar aquí y ahora en este plano. Acepta todo lo que has vivido y para que has venido. Has aceptado vivir esta maravillosa experiencia de vida, participar de estos extraordinarios eventos para transformar el mundo. ¡No los ves! ¡No los sientes! ¡No ves a tantos hermanos de luz cambiados, distintos, resonando en la frecuencia del Amor! ¡No sientes el Amor que hay en ti que desborda tu propia existencia! Reacciona, el poder está en ti, úsalo para contribuir a los cambios. ¡Eres tan esencial para el Todo, para el Universo, eres parte del plan de Dios! Brilla, expande tu luz y deja de reprocharte lo que has experimentado, porque sabes que, sin tus vivencias no habrías descubierto tu propia esencia y pureza de Dios.