Cada tanto una especie de gigantescos tentáculos emergían del abismo, eran como las extremidades de un titán destrozando todo a su paso, lastimaban a muchos y usualmente quedaban solo ruinas de aquel pequeño pueblo. Nunca nadie quiso investigar el origen de tal evento, unas veces muy destructivo y otras no tanto. Ricardo, un habitante del pueblo, decidió resolver el asunto. La mayoría de los gigantescos tentáculos parecían venir desde una misma dirección, al parecer estaban ocultos detrás de varias montañas que se dibujaban en el horizonte de aquel paisaje a la salida del pueblo. El recorrido era un poco largo, pero Ricardo estaba decidido, caminó durante horas hasta que finalmente llegó al pie de aquellas montañas. Había un sendero para el ascenso, Ricardo lo tomó. A los pocos metros de haber comenzado a transitar aquel sendero aparece un curioso cartel que decía "Este es el camino de la verdad y solo la verdad te llevará al principio, que es el final, donde todo termina". Inicialmente no entendió aquel mensaje, pero Ricardo se mantuvo firme y siguió avanzando. Más adelante otro letrero con una interrogante ¿QUE BUSCAS? Como si este cartel fuese una persona Ricardo le respondió: busco a la bestia que cada tanto lo destruye casi todo. Siguió ascendiendo y luego de un largo recorrido otro letrero aparece ante sus ojos ¿PORQUE BUSCAS A LA BESTIA? ¿Cómo puede ser? Pensó, se aceleró un poco su corazón, pero logró estar sereno y respondió: Busco a la bestia porque es inmenso el daño que hace, lo destruye casi todo a su paso, su furia parece incontrolable y lo peor es que suele aparecer toda aquella destrucción cuando hemos terminado de reparar los daños ocasionados por su última aparición, quiero matar a la bestia. Siguió avanzando, pero se percató de algo en su cuerpo, sus manos parecían pequeñas, sus piernas más cortas, su piel se veía mucho más suave y algo parecía ocurrirle a su voz, aun así no se detuvo. Llegó a la cima, donde la brisa ....