Cuando vivimos en la ciudad, tenemos todo al alcance de la mano, tanto... hay tanto, que a veces no nos damos cuenta que en realidad no tenemos nada y lo estamos perdiendo TODO. La rutina diaria, transforma nuestra vida como si de un bucle temporal se tratara, siempre lo mismo y pocas veces algo nuevo o extraordinario. Un día, pensé qué pasaría si me mudara al campo a trabajar la tierra. Claro está que no es fácil ni tampoco tan maquillado como se ven en algunos videos. Pero es igualmente hermoso. Salir de la contaminación sonora de la ciudad, los conflictos, los nervios, la inseguridad, del hostigamiento propagandístico... buscar un horizonte nuevo donde todo eso se termine o al menos disminuya en un porcentaje considerable... Entonces me animé y comencé la búsqueda de "mi lugar en el mundo" en el año 2010... escribí de norte a sur y de este a oeste. Contacté a organismos municipales, asociaciones, propietarios, intendentes, gobernadores y nada. Perdiendo un poco las esperanzas, continué de todas formas con la fuerte convicción de que en algún momento podría llegar a darse. Como dice la famosa frase "La suerte está echada" solo faltaba seguir insistiendo y esperar. Y pasaron los años...