Al día siguiente, recorrí el pueblo buscando alquileres o renta de una habitación, hasta que llegada la señora que tenía un hotel. No había nada disponible, la fecha en la que pude viajar, no era la adecuada y claro está que más difícil para una persona cuya intensión es vivir allí. Encontré el cuartel de bomberos voluntarios de la zona, me acerqué y con una mano amiga me recibieron por tres días, me ofrecieron una cama y pasé solo una noche en una habitación. Por una cuestión de respeto, decidí dormir en el auto más no en el cuartel. Solo me limité a usar las instalaciones para mis neceidades biológicas. Unos días antes de la fiesta de fin de año, ofrecí como agradecimiento pagar la cena completa a los bomberos y la familia bomberil, ofrecí reponer todo lo gastado y hasta inclusive dinero en efectivo, más se negaron. El encargado me citó para hablar y me dijo que tenía que retirarme, puesto que por más de tres días no podían alojar a nadie. Les agradecí y me retiré. TODA MI GRATITUD A LOS BOMBEROS VOLUNTARIOS. (Si pueden ayudar a los bomberos de su país con donaciones, sería genial, son muy necesarias, ellos entrenan para salvar nuestras vidas, un gesto como éste, no solo debe ser reconocido, también debe ser premiado.) En ese mismo momento, pude lograr contactar a una autoridad y luego de unos minutos, se hizo cargo por una semana de mis gastos de alojamiento, que luego, devolví abonando todo un mes completo de alquiler de una habitación en el hotel, cuya dueña estaba esperando, a que volviera de su viaje. POR FIN! Un lugar donde descansar, sin preocupaciones.