Llegó el 30 de diciembre, las familias preparadas para los festejos y por mi parte, solo en la habitación, habiendo adquirido ya algunos alimentos para esas fechas en las que las proveedurías estarían cerradas por las festividades, racionando para algunos días, me limité a estirar mi presupuesto con una sola ración diaria de alimentos y agua. Era la única forma de poder transitar la espera, hasta que llegara la persona con la que tendría que hablar para adquirir un terreno. Durante el transcurso de las festividades, me invadió la tristeza, los recuerdos, el duro golpe del desarraigo y pareciera que todos éstos sentimientos encontrados, estuvieron esperando el momento justo para atacar esa noche. No sé como es que pude sacar fuerzas pero en la video llamada familiar para saludarnos, parecía todo más que normal... pero estaba destruído. Y el reloj marcó las 12 del nuevo año... Brindé conmigo mismo, con agua mineral natural (no tenía heladera) así que las raciones debían ser alimentos que pudieran aguantar la temperatura ambiente de verano (Aproximadamente entre 35° - y más de 40°, ya que ese año, fue récord). Continué durante la madrugada en silencio con la única compañía que tenía, Youtube y mis libros en pdf, sobre todo el material descargado para trabajar el campo. Cumplir tu sueño lleva un esfuerzo muy grande, el primer paso es el más difícil y hasta a veces el más doloroso. Trabajar el campo es duro... todavía no tuve el honor de hacerlo, pero sí, mucho más duro en el primer paso no es una pala, es el desarraigo.