querida pequeña yo, en la infancia lejana, donde el mundo era grande y la vida una ventana, te escribo estas líneas con amor y cuidado, para recordarte lo que siempre has soñado. en tus ojos brillantes, veo un universo, lleno de magia y un eterno verso. cada risa, cada lágrima, cada pequeño paso, son parte del viaje, de tu propio ocaso. no temas, pequeña, por lo que te espera, cada tropiezo, cada prueba, te hará más fuerte y sincera. aunque a veces el camino parezca oscuro y sombrío, recuerda que en ti misma, está el brillo. no olvides tus sueños, ni tus pasiones, son el fuego que alimenta tus emociones. sigue adelante, con valentía y fe, porque en cada desafío, encontrarás tu ley. querida pequeña yo, nunca dejes de brillar, en este mundo vasto, nunca dejes de volar. con amor y esperanza, te escribo esta carta, para recordarte siempre, que eres la artífice de tu propia estampa.