Hace poco más de un año nacía “Será cuestión de llegar a la primavera”. Quizás el contacto más tangible que tuve alguna vez con la esperanza. Yo realmente esperaba esa estación y sabía que con su florecimiento llegaría el mío. Abracé todo lo que tenía, lo que era y lo que no (todo está en su letra). Pero había que dejar registro de lo que había pasado antes, de la melancolía, de la ruptura, de aquello que me hubiera hecho necesaria la re dirección de la marcha. Acá estamos. Un disco que comienza con esperanza y se despide con nostalgia (pero siempre notando que la nostalgia nos hace desear y mientras haya deseo ya estamos en camino… y esa ya es una forma de esperanza). Y yo todavía gaviota, pero no tan a contraviento; sinfonía que jamás dejará de buscar su melodía mater, cada vez más convencida de la necesidad de resistir, buscando incansablemente los boletos que nos devuelven al encuentro y enamorada de la vida… necesito agradecer a quienes han acompañado a ésta que soy y hoy se ofrece. Y será cuestión… de lo que cada uno necesite. Besos y primaveras. More, 2008.