Escabeche En los frascos que tu abuela regalaba para los cumpleaños, ahí: en el grano de pimienta y en la hoja de laurel. En la sal. Frascos que habían tenido la manta de las tostadas, un diamante en almíbar o el fruto del olivo, y un día, transformados, regresaban. Cofres con escabeche, ahí, también ahora: que hiervo en vinagre y te dejo venir. O acerco la mejilla a sábanas perfumadas, cierro los ojos, te respiro, también acá: en mi carne que se desmorona. (En mi edificio derruido, en tu aparición inesperada, en mis intentos, y en los frascos de mermelada, el de siempre, el único motivo).