Un balcón bañado de sol . El living un invernadero; la manta de yute que habíamos comprado como primer ajuar oficiaba de cuna. Nosotros éramos felices tironeando la alfombra verde y a modo de tesoro el encuentro del parquet. Fideos era nuestro menú diario. Nuestra extensión del departamento era nuestro Renault 12 celeste; mí segundo hogar. Tenía aire acondicionado. El 1ero D contrafrente. Supimos que ese sería nuestro lugar cuando conocimos a Angelito su dueño, un personaje de esos que frecuentan las pizzerias barriales y debaten orsai en la vereda, mientras se limpian la grasa de la faina con la servilleta de papel de bar que se caracteriza por no limpiar, ja!. Lo primero que mencionó era que en su luna de miel que databa de 50 años atrás, había fundido viela, jaja. Listo el depto es nuestro. Era tan luminoso ;el horno era enlozado, el baño turquesa y en el balcón teníamos una huerta divina, además de la gloriosa vista a un baldío en el cual habitaban caballos ponys y una gallina de nueva guinea que se paseaba por la baranda del balcón y a cada hora pegaba alaridos, era genial cuando venían visitas y la gallina le daba al canto, que es eso??? Preguntaban con tono pálido. El vecino de abajo era Pajarito, little bird para nosotros, gran hacedor de asados, debido a que su depto tenía un jardín con parrilla al cual iban las migas de mi mantel cuando yo lo sacudía en mi balcón. Little bird era un pirata. Hola, gordi vuelo de fiebre , no no vengas te voy a contagiar, te llamo mañana, besos!, listo Roberto trae los chorizos y el tinto!. El administrador quería evitar que alguien entre a la terraza a suicidarse y todas las reuniones de consorcio giraban en torno a eso... Seguiré contando en breve.