Entiendo que no hay mejor presentación que aquella destinada mostrar la labor que uno realiza. En este sentido, uno no debe atenerse meramente a lo profesional sino que, también, debe prestarle especial atención a los aportes que se realizan en todos los ámbitos de la vida. Es inobjetable que el trabajo que uno ejecuta en su ámbito natural es trascendental y valorable, pero también lo es aquél que se realiza a nivel académico, social y humano. Resulta de gran trascendencia que el abogado se involucre en la educación y formación de futuros colegas, como así también en las problemáticas que aquejan al cuerpo social, máxime en tiempos especialmente convulsionados como los que estamos viviendo. Porque, en definitiva, nuestra labor consiste en ayudar al prójimo y en poner orden donde solo hay caos y anomia. Por nuestra profesión, por la gente, y por nosotros mismos. Esta es mi carta de presentación, y mi más profundo deseo para todos los argentinos.