En las afueras de la ciudad hay un pueblo bastante alejado , allí hay una pequeña casa donde sirven té de todos los sabores y te cobran el triple , e incluso más . Al lado de la casa de té hay un viejo cementerio que hace que contraste . Al otro lado hay un gato negro , elegante y misterioso . Su dueña es Ana y su gato fue el último ser que la vio con vida. Hace unos años nadie sabía el motivo de su muerte , aún no lo saben aunque a diario hay diferentes versiones que se cuentan en el pueblo y también en la ciudad . Es una lástima que el único ser que lo sabe sea su amigo, el gato que no pueda hablar . Esa es la principal atracción , y aunque la gente dice que la ve adentro es mentira , ella solo se sienta en el techo fingiendo que también se toma un té.