Una expresión muy utilizada en marketing es «el contenido es el rey». Aunque no lo creas, esa cita le corresponde a Bill Gates, fundador de Microsoft, y la acuñó en un artículo de 1996. Siempre un paso adelante, ¿no? ¿Qué quería decir con esto? Estaba hablando de que, en la incipiente internet de esa época, el contenido iba a convertirse en el eje central. Y si miramos alrededor, sin siquiera detenernos a pensar en las redes sociales, el tipo de web que ha crecido exponencialmente es el de los blogs. Tanto es así que empresas de todo tipo, con webs institucionales, fueron incorporando contenido a sus sitios para subirse al tren y aprovechar esta estrategia. Hoy podemos ver bancos, startups tecnológicas, restaurantes, peluquerías, supermercados, profesionales de cualquier tipo, generando contenido. ¿Qué es entonces el marketing de contenidos? En resumidas cuentas, el marketing de contenidos es una técnica de marketing, basada en crear, generar, planificar y compartir contenidos que sean de interés para tu público. Para poder comenzar a pensar en una estrategia, necesitás tener claras principalmente tres cosas: Saber a quién le querés hablar. Es decir, definir el buyer persona (una representación ficticia detallada de quién es tu cliente o potencial cliente, con datos demográficos pero también de sus intereses, gustos y problemas). Definir tus verticales de contenido. A base de tus conocimientos (y de tus colaboradores), y en relación a los intereses de tu buyer persona, entender qué tipos de contenido vas a compartir. Elegir los formatos. Entre más puedas cubrir mejor, pero siempre es recomendable comenzar con poco y hacer foco. Si se te da mejor escribir, un blog, o incluso artículos en Linkedin, es una buena opción. Si lo tuyo es la voz, el podcast es el ganador. Videos, imágenes, textos, memes, infografías, dibujos, el abanico es enorme. Lo importante es que el contenido esté centrado en tu cliente, no en tu marca. ¿Qué ventajas te otorga el marketing de contenidos? Pueden ser muchísimas, pero vamos con las destacadas: Te posiciona a vos y a tu marca como autoridad en el tema. Esto aporta un valor enorme a la hora de la decisión de compra. Si le aportás contenido útil a la persona, relacionado al producto que quiere comprar, seguramente seas el primero o la primera que se le viene a la cabeza cuando necesite asesoramiento. Esto es INVALUABLE. Seguido de lo anterior, reduce el costo de adquisición de nuevos clientes. Con el tiempo, el desarrollo de una estrategia de marketing de contenidos te ayuda a conseguir nuevos clientes sin necesidad de hacer publicidad o diferentes tipos de campañas (ojo, no estoy diciendo que no las hagas). No solamente te ayuda a adquirir nuevos clientes, sino que es una herramienta clave para fidelizarlos, estar presentes en su día a día, generar mayor engadgement, y que te recomienden. En términos económicos, y bajo varias comillas, puede ser gratis. Requiere mucha dedicación y tiempo, pero podés comenzar con lo básico con una plataforma de blog gratuita, o con una red social, para luego ir escalando, y delegando. ¿Qué NO es Marketing de Contenidos? Vale aclarar que no todo lo que publiques o compartas puede ser catalogado como marketing de contenidos. Las personas buscan en Google, YouTube u otras plataformas, soluciones a sus problemas. Y es importante aclarar que en la gran mayoría de los casos no entramos a un buscador o a una red social a comprar algo. No nos gusta que nos vengan a vender a la primera. A mí siempre me vienen a la mente esos momentos en los que ingresaba a un local de ropa y apenas metía el primer pie dentro, un vendedor o vendedora ya estaba frente a mi cara preguntándome qué necesitaba. Y me seguía por todo el local como si fuera mi sombra, sin comprender el famoso «estoy mirando». En internet pasa lo mismo. Ingresamos a un buscador, a una web, a una red social, para mirar. Y de repente, si algo nos gusta y calza con lo que estábamos necesitando, puede que preguntemos el precio, o guardemos el post. No quiero que me vendas, quiero que me ayudes. El contenido nos ayuda a trabajar la confianza, la credibilidad, la autoridad. Y sí, decanta en crecimiento de las ventas. Acordate, el contenido es para ellos, no para vos. Se trata del cliente, no de tu marca. ¿Cómo empiezo? Una buena estrategia de marketing de contenidos contempla el journey completo de tu cliente desde el primer contacto hasta el último (y abro este paréntesis para dejar muy claro que el último no es la venta; el último podría, y ojalá así sea, nunca ocurrir, porque te siguen comprando si hacés las cosas bien), a través de los diferentes canales. Por eso es tan importante entender a quién le vas a estar hablando. Hablamos antes de tener un blog y publicar artículos. Uno de los puntos centrales del contenido. Pero, responder comentarios también es contenido, como enviar un mail de bienvenida, o también un newsletter. Avisarle sobre un nuevo artículo que, según su comportamiento previo, podría interesarle también. Publicar historias de Instagram con encuestas pidiéndole a tu audiencia que elija entre dos temas para tu próximo artículo, y después avisarles que ya pueden verlo en tu blog, desde ya que es un gran contenido. Centrado en ellos. Empezar, podemos empezar a los tumbos. Vas a crear contenido, pero probablemente no haya una estrategia detrás. Entender a tu público, y desarrollar lo que ellos esperan, necesitan o tienen ganas de ver, en cada estadío de su relación con vos, es lo que te va a permitir estar siempre cerca, presente, y posicionarte en su cabeza a la hora de comprar lo que sea que vendas. El punto de partida es tu cliente. ¿Quién es? ¿Qué necesita? ¿Qué le molesta? ¿Qué le interesa?