CASA KAOS
Lo que nació como una casa cultural, hoy ya no existe como tal. Por el abandono del Estado y la falta de una ordenanza que nos contemple como trabajadores de la cultura y el arte. Hoy decidimos sostener el proyecto y resistir de manera itinerante, ocupando la calle… ocupando los espacios que históricamente nos negaron.
Vivimos en el kaos; es la consciencia de ver el mundo superando el miedo a la realidad. Nuestro kaos, eso de lo que nos hacemos cargo, tiene que ver con no mirar para el costado, es alejarnos de esa norma impuesta por el cis-tema heteropatriarcal que nos desangra, nos intenta callar y nos intenta ordenar. En esa contraposición al orden, a lo “correcto”, venimos estas experiencias cuir, travestis, trans, andróginas, no binarias, lesbianas, bixesuales, marikas. Experiencias que son retorcidas para aquellos que embolsan nuestro futuro, quienes nos quieren recolonizar constantemente. Destruimos esa somnolencia que ahoga en la seriedad de este mundo paki. Lo hacemos para crear sueños, para que nuestras corporalidades -danzantes de libertad-, construyan con honestidad cada cincelada que nos conforma, y permita nuevos mundos posibles, nuevas posibilidades de lo anormal, de lo kaotico, de lo hermosamente desviado.
El voguing es histórica y poéticamente un baile de resistencia. Viene de corporalidades travestis y trans afro y latinas en tiempos donde la reprensión nos empujó a la clandestinidad. Hoy ocupamos espacios públicos, resistiendo a las mismas adversidades pero en otro contexto. Hoy nos celebramos, nos acompañamos y salimos a la calle hostil, donde los gritos buscan invalidar nuestro sentir, nuestro luchar.
Poner el cuerpo y expresarse a través del cuerpo, es también exponerse. En este mundo donde pocos rincones seguros logramos encontrar, CASA KAOS se presenta como eso que siempre necesitamos, porque nos convocó, nos hermanó y nos potenció; CASA KAOS es encontrarnos para celebrarnos, disfrutarnos, alentarnos, exponernos, vulnerabilizarnos, cuidarnos e intervenirnos. Intervenirnos con nuestra furia trava, con lo más y lo menos íntimo de nuestro ser, para que esos colores que en el mundo “normal” se ven negros o grises, saturen y brillen. Nuestros cuerpos son válidos! Existen. Les pusimos nombre, los llenamos de contenido, con ellos disputamos sentido y los llevamos como bandera… Porque son cuerpos profundamente políticos, profundamente revolucionarios. En ese encontrar nuestras cuerpas retorcidas, que se juntan para atravesar en colectivo las adversidades que se nos presenten; nuestras corporalidades se contagian, se encuentran y gritan nuestro nombre. CASA KAOS!