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Eva Luna

Arte
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No seas amiga de Fulana

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¡Hoy asistí al tan ansiado operativo de lentes en mí barrio! Y entre alegría, risas, estusiasmo y aprendizajes decidí armar este posteo. Esta publicación va dedicada para Fulana. Acá la llamaremos así. Aunque muchos de mis amistades ya conozcan está historia. Fulana era una mami amiga del Colegio de mis hijos, con quién ya no me habló. Se encargó durante 3 meses, cada vez que me cruzaba, comentar sobre mis lentes rotos, mí acné en la cara, y cuánto defecto pretendía resaltar en mí. Diciendome: -"como podes andar asi, como consejo de buena amiga te lo digo". No importaba adelante de quién estuviéramos. Siempre que se acercaba a saludar, me terminaba convenciendo de mantener esa amistad. Con su falsa simpatía, sonrisa y chistecitos. Siempre hablaba por demás, lo hacía conmigo, estando yo presente, ausente y también de otras personas. Y luego emitía una comparación con su vida perfecta e hijos correctos. Hasta que un día, pude poner un límite. Y pedirle que no se acercará más a hablarme. Fulana indignada por mí sorpresiva actitud, se encargó durante quince días de perseguirme, saludarme aunque yo la ignorara, y quedarse en la puerta del colegio esperando que yo llegará a llevar a mis hijos, para luego caminar despacito atrás mio. Incluso algunas veces se quedaba en algunas esquinas del barrio esperando cruzarme. No aceptaba mí rechazo. Hubo un día que me escondí en casa de una amiga, y por las cámaras de seguridad de ella nos fijamos si Fulana seguía afuera. Desde el día que decidí no hablarle más, y habiendo soportado con fuerza y bronca su hostigamiento... Ya no me importaron mis lentes rotos enparchados con cinta. Porque sabía que tarde o temprano, habría de hacerme los nuevos. Tampoco me volvieron a salir de esos granos, y si me salía alguno, ya no tenía a Fulana recordándomelo para lograr que me sienta mal. Comprendí quizás que era producto de el estrés que me generaba Fulana en mí vida. Estrés, ansiedad y preocupación anticipadamente por pensar con que cosa nueva me saldría cuando la cruzará en ese día. ¿A qué voy con esto? 35 años voy a cumplir dentro de poco, y padecí situaciones de bullying, aún en la vida adulta. A veces cansa escuchar el versito repetitivo: "No se opina de cuerpos ajenos". Pero detrás de esa frase trillada, puede haber un montón de situaciones incómodas. Que generen malestar y angustia. ¿Que enseñanza le damos a nuestros hijos con estas acciones? Yo les enseñe a mis hijos a poner límites ante situaciones que nos generen malestar. Fulana le enseña a sus hijos a opinar de los demás todo el tiempo, a hostigar y burlarse de los demás. A veces el grupo de mamis del colegio, puede ser peor que el grupito de pibes que te hacía bullying en la secundaria. Deseo que nadie jamás tenga en sus vidas una Fulana como la que me tocó a mí padecer. Y si hubiera alguna, no teman en poner límites. Si es una amistad verdadera, nunca estaría cuestionando sobre tu cuerpo adelante de otros, o ante tu ausencia. Ni haciéndote sentir mal. Fin.
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