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Hernan Montenegro

Escritura y literatura
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Alan Moore "Storyteller"

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Alan Moore es una mente brillante, una prueba de que hay algunos que fueron tocados por la varita mágica y que no importa lo injusta que sea su situación social, las complicaciones que podían acarrearle la pobreza, la falta de oportunidades y las luchas contra gigantes indestructibles, aquel que está tocado permanece frente a todo. Storyteller cuenta su historia desde el nacimiento del autor hasta la gestación de su obra máxima Jerusalem. Al pasar por sus páginas aprendemos que desde niño Alan demostró una habilidad natural para contar historias. Pintaba sus soldaditos de plástico de varios colores para darles una nueva identidad y de esa manera acceder a tener monstruos y guerreros de diversos tamaños, y no pasarse horas deseando los juguetes que exhibían las vidrieras. Él era consciente de su inteligencia, pero no de clase social. Es por eso que cuando lo becaron para ir a un secundario privado, las diferencias en el sistema educativo lo golpearon duro. Pero más duro fue darse cuenta que sus compañeros de clase vivían otro tipo de realidad en sus hogares. Para poder pertenecer, empezó a vender drogas mientras escribía poesías con un contenido bastante subido de tono. Esto provocó el reproche de las figuras de autoridad, que terminaron por liquidar su educación formal al enterarse de como el joven Moore conseguía sus ingresos. El director del colegio no tuvo problema alguno en hacer una carta y enviarlas a todas las instituciones para asegurarse que ningún colegio le abriera las puertas al joven Moore, condenándolo a una vida sin la oportunidad de una carrera profesional. Eso significó trabajos bastantes horribles y mucho tiempo viviendo del fondo del desempleo, hasta que sus viñetas y trabajos en diferentes tipos de revistas independientes le permitieron generar un ingreso de su creatividad. De su desembarco en Norteamérica se pueden hacer miles de posts, nombrar esas joyas que trajo al mundo, pero no voy a nombrarlos acá. Más que nada porque la compañía que editó esas obras hoy en día están en una pelea que jamás va a terminar con el autor. Solo voy a decir que el trabajo creativo de este autor fue lo que generó el cambio de la palabra “comics” a “novela gráfica”. Después de declarar la guerra, Alan Moore se volcó al material independiente con la antología Taboo. Taboo fue donde nació una de sus obras más mágicas y sorprendentes de la cual haré otro post: From Hell. Una historia basada en Jack el destripador. Sin embargo, a pesar de que hoy en día mucho del trabajo que hizo Moore durante esa época es considerado vanguardia y de culto, la gente esperaba volver a leer personajes que tuvieran un estilo más parecido a lo que lo hizo ser conocido por todo el mundo. Es por eso que se considera la época de more en America´s Best Comics como su regresó a las raíces, y el inicio de una nueva época dorada por parte del autor. Después de años mostrando el poder de su imaginación, su ingenio para crear personajes memorables, y su astucia para estar siempre un paso delante de los demás guionistas que buscaban imitar en vano su estilo, Alan Moore dio un paso al costado para dedicarse a proyectos que no generaran dinero, pero le generaran diversión o alguna inquietud. “El gran teatro egipcio de las maravillas de la luna y la serpiente”, que empezó como una cábala deslavazada compuestas de diversos artistas, músicos y ocultistas, surgida a partir de la experiencia mágica de Alan y Steve Moore condujo a grabaciones y performances. Pero eso no se detuvo ahí, libros dedicados a su versión de lo que es la magia real, sesiones de espiritismo, invocaciones demoniacas, retrospectivas sobre William Blake y la publicación de su primera novela “La voz del fuego”. Toda esta información es solo una pequeña muestra de Storyteller, un puñado de fragmentos que se vienen a mi mente cuando recuerdo las paginas que leí y lo que me gusta compartir con ustedes, esperando que de esta manera sientan interés en conocer más sobre una de las mentes mas maravillosas de la humanidad. Cuando empecé a escribir este texto dije que Alan Moore estaba tocado por la varita y que eso es fundamental para el secreto de su éxito. Ahora al final del texto quiero decirles que mentí. Alan Moore no está tocado por la varita. Alan Moore es la varita. Él es el Dios creador, la magia que fluye en los tejidos de la realidad, es su voluntad forjada en el barro la que lo mantiene firme ante los gigantes que buscan una y otra vez someterlo, y fallando una y otra vez al intentarlo.
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