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El Camino a la Tercera. 11. 2005, nuevo ciclo, mismo dolor

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La obtención de la medalla dorada en Atenas fue un oasis en medio del desierto en que se habían convertido las vitrinas de la Selección en los últimos años. Y esto de manera relativa, porque ya sabemos que los Juegos Olímpicos no tienen reconocimiento como título oficial para la FIFA. De igual manera yo sentí en ese momento que finalmente la relación del equipo con el público empezaría a cambiar. Bielsa me caía muy bien, y al fin sus métodos parecían dar resultado. Sin embargo, y de manera inexplicable, todo cambió. Una semana después de la final contra Paraguay, Argentina jugó de visitante contra Perú por eliminatorias. Ganó 3 a 1, y nadie sospechaba que ese sería el último partido de Bielsa como entrenador nacional. Diez días después sorprendía al país con el anuncio de su salida. Comenzó el desfile de nombres, entre los que sonaba el de siempre: Bianchi, pero una vez más el "Virrey" recordó su decisión de 1998 de no aceptar y dijo que mantenía la misma postura (lo que por cierto es un gran misterio). La cuestión es que el elegido fue un viejo conocido: José Néstor Pekerman. Con un impresionante historial a cuestas, habiendo ganado tres mundiales sub-20 en 1995, 1997 y 2001, y habiendo entrenado prácticamente a todos los jugadores que estaban en condiciones de ser convocados, pareció la mejor elección posible. El debut de Pekerman en el banco argentino se dio el 9 de octubre de 2004 cuando Argentina recibió a Uruguay por eliminatorias. Desde el comienzo se vio un importante recambio de jugadores, evidenciando un criterio y un gusto muy diferente al de Bielsa: afuera el Kily, D'Alessandro, Rosales y César Delgado. Muchos de ellos ya nunca volverían a ser convocados. Adentro Riquelme (por fin), Maxi Rodríguez y Saviola (que con Bielsa no tenía asegurada su presencia). Argentina ganaba 4 a 0, y en la última media hora Uruguay descontó dos veces. La ronda de eliminatorias siguió frente a Chile (empate sin goles) y Venezuela (victoria por 3 a 2). Así terminó 2004 para el equipo argentino. Ya en febrero, amistoso contra Alemania. Me acuerdo de ese partido: fue 2 a 2, con doblete de Crespo, que volvió al equipo. En marzo, amistoso contra México para probar jugadores. Fabricio Fuentes, el Cata Díaz, Tuzzio, Romagnoli, Insúa y otros tuvieron su chance de vestir la camiseta albiceleste en esa ocasión. Luego, eliminatorias y victoria frente a Bolivia en La Paz, con goles de Galletti y Figueroa, con Cufré, Scaloni, Burdisso, Clemente Rodríguez y Duscher en cancha. Unos días después se le ganó por la mínima a Colombia en Buenos Aires. En junio las eliminatorias continuaron, primero con una visita a Ecuador en que el local ganó 2 a 0, y unos días más tarde llegaría el partido que todos recordamos: el clásico sudamericano, Argentina - Brasil en el Monumental. Lo vi en casa de mi amiga Cristina mientras cenábamos. Fue un partido muy raro, en el que de repente la Selección se volvió el mejor equipo del mundo, al menos durante el primer tiempo. Jugó en un nivel increíble, con un Riquelme que tuvo su partido consagratorio con un golazo inolvidable, y con un Crespo que no falló, en 40 minutos el resultado era de 3 a 0. Sorín se dio el lujo de tirarle un caño a Ronaldinho, que respondió dándole un cachetazo, lo que provocó que a ambos los amonestaran. En el segundo tiempo Brasil reaccionó, pero ya no le alcanzó más que para descontar con un impresionante tiro libre de Roberto Carlos. Fue un partido que nos hizo creer nuevamente en el equipo. Y ya se venía algo muy importante: la Copa Confederaciones. En Alemania, como antesala del Mundial próximo, se jugó el torneo. Grupo accesible con Túnez, Australia y Alemania. Dos victorias, con un triplete de Luciano Figueroa, en gran momento, ante los de Oceanía y un empate en dos frente a los locales, con un golazo de tiro libre de Riquelme, aseguraron el pase a semifinales, donde esperaba México. Partido parejo, sin goles en los 90 minutos y un gol en cada tiempo extra, se definió por penales, con victoria nacional por 6-5. De esta manera se llegó a la final, otra vez contra Brasil. Habían pasado poco más de tres meses del partido de eliminatorias, y yo creía que se podía repetir una actuación brillante. Lamentablemente los que brillaron esa noche -tarde en Argentina- fueron los brasileños, que en 15 minutos ya ganaban 2-0 con dos goles impresionantes de Adriano y Kaká. En el segundo tiempo, en el arranque mismo Ronaldinho marcó el tercero, y a los 63 otra vez Adriano, pero ahora de cabeza decretó la goleada. Dos minutos después Aimar descontó, pero no sirvió más que para la estadística. Brasil nos ganaba otra final, esta vez de manera contundente, y volvía a inclinar la balanza a su favor, conquistando la triple corona: Continental, mundial e interconfederacional. El reinado absoluto era verdeamarillo. PD: datos irrelevantes que solamente a mí me importan: 1. Las camisetas argentinas eran las mismas que en la Copa América y los Juegos Olímpicos de 2004, con el degradé en los bastones celestes. 2. Los gráficos que mostraban las formaciones, sustituciones y otros datos eran los mismos que se utilizaron en el Mundial 2002, y que hasta el día de hoy me siguen pareciendo hermosos. 3. El Balón de Oro del torneo fue para Adriano. Riquelme ganó el de Plata y Ronaldinho el de Bronce.
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