Un placer culposo, como lo llaman a veces. Dirigida por Jon Amiel, con guión de Robert Farrar y Howard Franklin, el primero de los cuales fue autor de una novela en la cual se basa esta película. Es una comedia del estilo "Superagente 86", pero quizá con un humor algo más efectivo incluso que aquella recordada serie. Veamos de qué se trata. Wallace Ritchie (Bill Murray) es un torpe empleado de Blockbuster que viaja a Londres el día de su cumpleaños para sorprender a su hermano que nunca recuerda la fecha. Una vez en casa de James (Peter Gallagher) se encuentra con que esa noche debe celebrarse una cena de negocios con los jefes de James y sus socios alemanes. Conociendo el carácter de Wallace, que es totalmente incompatible con una cena formal, James junto a su esposa Barbara (Anna Chancellor) deciden buscar alguna actividad que pueda mantener ocupado al recién llegado hasta que la cena termine. La elección es un reality show llamado "El teatro de la vida" en el cual los participantes deben interactuar con actores en diferentes escenas que incluyen persecuciones policiales o peleas con otros actores. Sin embargo todo se complica cuando Wallace se involucra sin saber en una conspiración internacional que incluye espías y políticos más asesinos a sueldo que quieren eliminar al supuesto "agente secreto" que está interfiriendo con sus planes. Esto lleva a múltiples situaciones cómicas basadas en el desconocimiento de Wallace de todo lo que pasa a su alrededor, ya que él piensa que todo forma parte del programa. Así vamos conociendo a varios personajes, entre ellos al sicario Boris Blavasky (Alfred Molina), que se luce en cada aparición, al igual que Lori (Joanne Whalley), una chica involucrada con un político importante, a quien pensaba extorsionar con unas cartas, por lo cual se convirtió en blanco de otro sicario enviado para eliminarla. Indudablemente la trama es más compleja de lo que parece, pero todo logra sostenerse con un buen ritmo gracias a la genial interpretación de Bill Murray que hace de la torpeza y el desconocimiento de la realidad su arma para brindar momentos disparatados que de manera inevitable nos harán reír. Recomiendo mucho esta película. Bill Murray es genial. PD: la mayoría de los actores son británicos, y en la película se satiriza sobre el temperamento de ingleses y alemanes. PD 2: llega un momento en el que no se sabe hasta dónde Wallace desconoce lo que sucede, llegando a ser posible que verdaderamente sea un espía. La verdad, no estoy seguro de nada.