Cuando leí de qué se trataba esta película, pensé que sería una suerte de "Búsqueda Implacable" protagonizada por una chica. Pero al contrario, me encontré con una excelente película de suspenso que me tuvo en vilo hasta el final. Dirigida por la australiana Kim Farrant, nos muestra a Beth (Leighton Meester), una joven madre que, cansada de la rutina de la maternidad y el matrimonio, viaja a Croacia para pasar unos días con su amiga Kate (Christina Wolfe). Tras una noche de discoteca, tragos y una cita improvisada con dos chicos, Beth pierde el conocimiento y al despertar en la mañana, descubre que su amiga ha desaparecido. A partir de ese momento la trama se torna muy compleja, con marchas y contramarchas, pistas que no son tales, sospechosos que tienen coartadas sólidas y revelaciones impactantes, llegando un punto en el que tanto la protagonista como el espectador se encuentran totalmente perdidos, sin saber quién es quién en esta historia. Pese a que genera publicidad negativa contra el país europeo, porque muestra situaciones de inseguridad, corrupción e ineptitud policial, el guión está excelentemente escrito, con muy buenos personajes y una interesante cantidad de giros que la hacen una historia muy entretenida. Los personajes también son un punto alto, generando odio o compasión en partes iguales, dependiendo del momento, porque como dije antes, no se sabe bien quién es quién, hasta que la película termina. Estimo que a la mayoría le gustará este largometraje, pese a que las críticas de los sitios especializados no le han dado una buena calificación. Allá ellos. PD: Hay un error de continuidad insólito en la escena que se ve en la imagen. Es una pavada, pero justamente por eso me sorprende que la directora no se haya dado cuenta.