Quiero comenzar diciendo que esta película es una de mis favoritas. Colocó a Denzel Washington como uno de los mejores actores que he visto y me hizo conocer a la entonces pequeña Dakota Fanning. Dirigida por Tony Scott, hermano del gran Ridley fallecido en 2012, es la historia de John Creasy (Washington), un exagente de la CIA experto en la lucha antiterrorista y con un enorme historial de combate en diferentes partes del mundo. Sumido en la depresión y el alcohol, es recomendado por un colega también retirado, Rayburn (Christopher Walken) para que oficie de guardaespaldas de una niña llamada Lupita en la ciudad de México, donde se vive una ola de secuestros extorsivos. Reacio al principio, Creasy acepta finalmente su nuevo empleo. Los padres de la niña (interpretados por Radha Mitchell en el papel de Lisa y Marc Anthony como Samuel Ramos) observan cómo la relación entre ella y Creasy va transformándose poco a poco en una verdadera amistad, pese al carácter hosco de este último, pero Lupita con su alegría e inocencia logra despertar en él sentimientos que creía perdidos. Lamentablemente todo esto pronto se rompe, cuando la niña es secuestrada. Creasy logra disparar y matar a varios de los miembros del grupo, pero es herido y no puede evitar el rapto. En ese momento la película se convierte en una gran pieza de suspenso, porque Creasy logra sobrevivir y comienza una profunda investigación para descubrir qué pasó con Lupita, y sobre todo quiénes son los responsables. El resultado de sus indagaciones lo lleva a una enorme cadena de involucrados que escala a niveles insospechados, y a quienes irá matando sin contemplaciones. Bueno... ahora vamos a lo que me parece malo, y muy malo de toda esta historia. En primer lugar, la ubicación geográfica. Toda la acción transcurre en México, e incluso la película comienza con un sobreimpreso indicando que en América Latina existe un secuestro cada x cantidad de tiempo. También muestra una trama de corrupción policial y política, tráfico de drogas, etc. Como siempre, los Estados Unidos ven en el resto del mundo los problemas que también a ellos aquejan, pero prefieren dar una mala imagen de otros países. Otra cosa que es todavía peor, a mi juicio, es la cuestión de la venganza. La película muestra al personaje de Creasy matando a todo aquel que haya tenido participación en el secuestro, recurriendo también a la tortura para lograr confesiones. Y toda esta acción busca que el espectador simpatice con estas situaciones, lo que por cierto logra, pero esto nos hace validar acciones criminales, que aunque persigan "justicia", en realidad sólo buscan saciar la sed de venganza que existe tanto dentro de la historia como en la vida cotidiana. La tortura, el asesinato, el secuestro, son vistas como medios válidos para llegar a un fin que justificaría todos estos crímenes. Es peligroso, pero a diario lo vemos cuando escuchamos hablar a la gente, o leemos sus comentarios en las redes sociales. Hay una sed de sangre y de venganza demasiado grande en la sociedad. Cuanto más sufra una persona acusada de cometer un crimen, mejor le parece a gran parte de la población. Para el que robó, mató, violó, se desea un castigo físico que le haga vivir en carne propia el dolor que generó en sus víctimas. Y eso no es justicia. Y es peligroso porque con ese pensamiento nos estamos pareciendo cada vez más a los genocidas y asesinos que tuvimos en el poder en nuestros países, quienes también creían que esos métodos eran válidos para conseguir sus objetivos. A quien dice estas cosas enseguida lo acusan de defender delincuentes, cuando simplemente uno quiere evitar la barbarie. Evitar retroceder 4000 años y que se aplique la ley del talión. Pero nos falta demasiado. Estamos muy lejos de comprender estas cosas. Los medios juegan su papel también para imponer esta manera de entender el mundo, pero las sociedades y sus sistemas jurídicos han evolucionado, aunque mucha gente parece no haberse enterado todavía. PD: como dije al comienzo, la película es excelente.