En el barrio los corsos generan unión y red, vecinxs se reúnen a planificar una fiesta tan importante que nos permite lograr a través de esta fiesta popular no solo dar a conocer sobre el trabajo realizado sino que la comunidad se siente parte y puede vender sus producciones y/o ofrecer su espectáculo, desde el o la vecina que vende ropa usada, pastelitos, espumas o buffet a favor de la murga. El barrio es nuestro escenario y el objetivo de los talleres y actividades que realizamos durante el año, que generan un lugar de pertenencia, se ven reflejados en los Corsos barriales, gratuitos y seguros. Luego de un trabajo de muchos años, desde 2014, hoy son de interés municipal, turístico y cultural en nuestra ciudad, lo cual facilita algunas habilitaciones pero faltan muchos recursos, los cuales se autogestionan entre murguerxs, referentes, activistas y vecinxs. Lo hacemos porque mantiene la motivación durante el año en el barrio, donde no se realizan otras actividades, solo en dos de los ocho barrios que estamos donde hay futbol y reggaeton. El corso al realizarse en el barrio nos permite también visibilizar sus problemáticas, buscar soluciones, y además incluir a todxs en la organización y gestión de los mismos, lo que aumenta la autoestima de lxs vecinxs, genera unión y una experiencia que después se traslada a otras necesidades. Se realizan testeos de VIH, se reparten preservativos, talleres, kermesse con juegos y premios, maquillaje artístico, gratiferia, espectáculos entre otras cosas. Hoy en día se brinda una merienda y se pinta gratuitamente.