El contenido a publicar debe seguir las normas de contenido caso contrario se procederá a eliminar y suspender la cuenta.
¿Quiénes pueden ver este post?
Para crear un post para suscriptores primero debes crear un plan
El eco del hombre que fue
Cargando imagen
Edmundo Dantés llegó al castillo de If con el alma todavía tibia de futuro, como quien entra a una tormenta sin comprender que ya no existe la costa de regreso. Hasta entonces había sido un hombre hecho de luz: confiado, noble, dueño de una inocencia que el mundo suele demorar sin aviso. Pero allí, en ese sepulcro de piedra suspendido sobre el mar, los días comenzaron a deshilacharse uno por uno, como hilos arrancados de un destino que ya no le pertenecía.
Lo que al principio fue una súplica, una petición desesperada, a un mundo que ya no lo escuchaba, se transformó en un interrogante constante, ¿por qué él?
y lo que fue pregunta se volvió en un ardor, una llama interna que no tenía dónde escapar. Edmundo fue tallándose un nuevo rostro, uno que no mostraba a nadie ni siquiera a sí mismo.
Cada recuerdo de traición se convertía en un ladrillo y cada ladrillo en una pared que él mismo levantaba para no volver a ser herido.
Sin embargo, incluso en su miseria, había una vibración silenciosa, casi imperceptible, que crecía con los días. Una intuición oscura como un presagio. Edmundo empezaba a comprender que su historia no se marchitaría allí. Que esa prisión no era un final, sino el útero cruel de algo distinto.
El mar golpeaba sin descanso, las murallas del Castillo y E
Ver más
Compartir
Creando imagen...
¿Estás seguro que quieres borrar este post?
Debes iniciar sesión o registrarte para comprar un plan