Me propongo poder ofrecerte herramientas para incorporar en la clase para enseñar a leer a tu grupo. Algunas propuestas claves son: primero, mostrarnos como lectores expertos y compartir con nuestro grupo de estudiantes lo leído, intercambiando reflexiones y releyendo para responder a distintos propósitos que nos propongamos enseñar. Cuando leemos en voz alta, favorecemos el acceso a la cultura escrita de los niños y niñas y ofrecemos un contexto lingüístico que permite conocer los textos que forman parte de las propuestas de aula. Es indispensable además desarrollar situaciones de interacción directa con los textos para elaborar hipótesis sobre aquello que está escrito, para confrontar ideas y orientar al análisis y la reflexión sobre lo leído. En lo vinculado a la ambientación del aula, es clave saber que conocer el nombre de las letras, su trazado o su sonido NO es una condición previa, ni aislada de la práctica de lectura. Por eso, resulta indispensable que el sistema de escritura sea un objeto de reflexión constante en las aulas para interactuar con los textos, poniendo en juego las estrategias que construyen y van circulando en el aula. La clave para iniciar a leer es comenzar por lo más cercano y lo más importante su nombre, ya que refiere a su identidad, ofreciendo juegos en los que haya que compararlos con otros de sus pares, para saber que dice e ir reconociendo las letras que componen su nombre y poder compararlas. Otros portadores de información significativos son los: calendarios, las agendas que indiquen hechos importantes para ellos: cumpleaños y otros vinculados a su curso: actos, días de cambios de estación y más. Otros portadores reveladores son los titulares de los libros, hacer un recorrido por aquello leído, dejar el título a disposición en una cartelera de modo de encontrar aquel que fue leído o aquel que desean llevarse para leer en casa o saber cuál será el próximo a leer. Releer canciones, rimas, adivinanzas y más, es otra propuesta sumamente clave a la hora de aprender a leer, de este modo, jueguen y disfruten con la musicalidad y los recursos poéticos al tiempo que aprenden los textos o parte de los textos de memoria. Releer un texto que se saben de memoria brinda la oportunidad de intentar poner en correspondencia lo que se va diciendo con lo que está escrito, una excelente situación para aprender a leer. Comprender, repreguntar por lo leído, hacer preguntas ayuda a aprender a leer, preguntas como: ¿Qué decía?, ¿Dónde crees que dice esta palabra? Y más serán mediadoras del docente y orientarán al grupo en nuevos conocimientos. Ofrecer textos conocidos por ellos, en sus diálogos, memorizados o no memorizados también serán necesarios, textos de los cuáles desconocen gran parte, todas estas variantes permitirán ir complejizando los aprendizajes, pudiendo elaborar hipótesis y cuestionando aquello que creen dice. Hacer diferentes preguntas como: ¿de dónde hasta dónde?, ¿cuál es cuál?, ¿dónde dice?, ¿cuál es cuál? o ¿qué dice?, estas y muchas otras preguntas serán mediadoras de lectura que acompañarán a los alumnos y alumnas a un aprendizaje lleno de interrogantes, más significativo para lograr nuevos aprendizajes. Leer fuentes de información o escrituras seguras de información para interpretar/leer y producir/escribir nuevas escrituras. Por “seguras” implica que los alumnos y alumnas están “seguros” saben qué dice en cada una y con la mediación docente por ejemplo: un abecedario acompañado de palabras, carteles de los días de la semana y los meses del año, una agenda de lectura de cuentos clásicos, un listado de personajes. Es clave que haya un momento colectivo para poner en común el saber que circuló entre pares durante el trabajo en equipos. La literatura adecuada, será aquella que proviene de grandes autores e ilustradores, que posee características ricas en recursos ilustrativos y textuales, autores cómo: Antonie Browne, Graciela Montes, María Elena Walsh, Liliana Cinetto y muchas otras grandes figuras escritoras y escritores argentinos e internacionales que ofrezcan propuestas para la edad. Los clásicos son siempre de interés, también las diferentes características de los personajes, entre otros. La distribución en el aula en pequeños grupos o en grupo total será clave siempre que se vaya adecuando a las propuestas que se proponen. En las primeras propuestas de hipótesis suele ayudar hacerlo en pequeños grupos, pero para sacar una conclusión así como para socializar estrategias, brindar Lidia