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Neutral Zone - Pajeros Argentos 🧉

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PARTE 1 de 2 - RELATO PAJERO: 💪 NUESTRO PROFE NACHO 👱🏻‍♂️👨🏽‍🦱🧔🏻‍

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Sinopsis: Luis y Tobías entrenan juntos, se calientan juntos… y fantasean con su profe Nacho, el rubio imponente que domina el gimnasio de Parque Chas. Lo que empieza como un juego compartido entre pareja y pajas mentales, termina en una noche ardiente donde el deseo se hace real, los cuerpos se entregan sin límites y el sudor deja de estar solo en las pesas. Una historia de lujuria, complicidad y nuevas formas de amor masculino. 🔥 Nuestro profe Nacho es puro gimnasio emocional y físico. Con barra libre de placer. 💪 NUESTRO PROFE NACHO 👱🏻‍♂️👨🏽‍🦱🧔🏻‍ En el tranquilo barrio de Parque Chas el tiempo corría más despacio que en el centro de la ciudad, aquí todos los vecinos se conocen, se cuidan, comparten el día a día como si fuesen familia. En él funcionaba el gimnasio al que asistían Luis y Tobías, quedaba a unas pocas cuadras del subte, en una esquina florida donde todos los días la transpiración se mezclaba con música electrónica suave, el golpe metálico de las pesas y los gemidos contenidos de esfuerzo. Era un gimnasio de barrio, con buena onda, lleno de tipos que entrenaban fuerte pero sin boludeces. Ahí, Nacho reinaba. El entrenador estrella. Rubio, de melena semi larga y cuerpo perfectamente simétrico, Nacho no era solo un entrenador: era una figura. Alto, de voz serena, brazos tatuados y siempre con olor a macho musculoso mezclada con perfume amaderado. Sabía cómo corregir sin ser soberbio, cómo motivar sin gritar. Todos lo respetaban. Y varios lo deseaban, aunque pocos lo admitieran. Luis lo conoció primero. Empezó en las clases de spinning, de las siete de la tarde, que Nacho daba dos veces por semana. Luis, con su cuerpo robusto, barba tupida y una energía intensa que lo rodeaba, no pasó desapercibido. En la segunda clase ya estaban charlando entre series. En la cuarta, Nacho se sabía su nombre. Tobías, en cambio, lo conoció después. Entrenaba musculación por la mañana, en otro turno. Era venezolano, de cuerpo moreno, definido, y una voz ronca que hacía girar cabezas. Aunque era más joven, tenía una actitud madura y tranquila, y pronto conectó con Nacho por la forma de entrenar. Técnica, dedicación, pocas palabras. Luis y Tobías eran pareja, aunque no lo exponían demasiado en el gimnasio. Cada uno tenía su espacio, pero compartían charlas, anécdotas y un código silencioso. Un día, entrenando pecho, Tobías mencionó a Nacho. Luis se rió. —¿También te clavás pajas mentales con el profe? —¿También? —contestó Tobías, levantando una ceja—. ¿O sea que vos…? Desde ahí, la conversación creció. Las fantasías dejaron de ser silenciosas y se convirtieron en juego entre ellos. Comentaban los movimientos de Nacho, los gestos, su forma de apoyar las manos al corregir una postura. En casa, en la cama, lo traían a la conversación más de una vez. Fantasías compartidas. Escenarios hipotéticos. Deseos no resueltos. Con el paso de los meses, la relación con Nacho se fue afianzando. Un mate compartido, una conversación en el vestuario. Una charla de más después de una clase. Mensajes por Instagram, donde empezaron a cruzarse reacciones y stickers con dobles intenciones. Risas. Guiños. El terreno se iba preparando, aunque ninguno lo sabía del todo. Luis y Tobías comenzaron a invitarlo a planes sociales. Una birra después del entrenamiento. Una pizza un sábado por la noche. A veces Nacho aceptaba, otras no, pero siempre dejaba la puerta abierta. Hasta que llegó aquella fiesta en la terraza del dueño del gimnasio. Un cumpleaños informal, mucho calor, tragos y piel al aire. Y el cruce. Ese cruce en la cocina, entre botellas vacías y música baja. La charla que se alargó, las miradas más lentas, el roce al pasar. Y la propuesta inesperada: —Nacho, ¿querés venir a casa un rato? Y Nacho aceptó. Ahí fue cuando todo lo imaginado, lo hablado, lo fantaseado... se volvió real. CONTINÚA… Disponible solo para quienes se animan a terminar lo que empezaron. Para saber qué pasó esa noche con Luis, Tobías y su profe Nacho, dejá tu aporte y descubrí cómo tres cuerpos ardientes pueden desatar una tormenta de deseo en la intimidad del hogar. 🔥 SPOILER PAJERO: Aparece un juguete… Jeje. Lo que parecía una fantasía compartida se volvió una entrega total. Sudor, lenguas, juguetes y una conexión que cruzó todos los límites del gimnasio. Esa noche, Nacho se dejó entrenar por primera vez. 📌 PARTE 2 - LINK: https://shorturl.at/qa9hd
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