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Pajeros Argentos 🧉

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PARTE 1 de 2 - RELATO PAJERO: 🟢 EL TATUADOR BRASILEÑO 🇧🇷

¿Un tatuaje puede erotizar? Mejor dicho, ¿hacerse uno puede convertirse en una situación caliente? Con la adrenalina, el dolor que causa, la expectativa de que quede perfecto ese dibujo que nos hacemos en el cuerpo de por vida… No se me había cruzado por la cabeza hasta que me tocó hacerme uno con João, el tatuador brasileño. Había decidido hacerme un gran tatuaje de la cabeza de un lobo en mi muslo izquierdo, un símbolo que representaba mi espíritu libre y mi conexión con la naturaleza. Lo loco es, quizá, que es mi primer tatuaje, así que toda esta experiencia con la aguja entintadora es nueva. En general los locales de este tipo siempre tienen gente con mucha experiencia, llena de tatuajes, por supuesto. Y yo así, inexperimentado, esperaba que el tatuador sea amable y copado. Hablé con João por redes y me decidí a hacerlo… Fui a por mi cabeza de lobo, pasar por el ritual de tatuaje me haría más fuerte, como cruzar un umbral dónde del otro lado estamos los que lograron pasar por la experiencia fortalecedora de la carne dibujada. El aire del estudio de tatuajes estaba impregnado de un aroma a tinta y desinfectante. A pesar de que había elegido un diseño que llevaba tiempo pensando, sentía un cosquilleo nervioso recorrer mi cuerpo. Y al fin lo vi: João, un brasuca de cuerpo fuerte y buen humor, era el encargado de dar vida a mi diseño. Un brasileño alto, bien tatuado, con musculosa negra y ese cuerpo que te hacía pensar que se pasaba la vida entre el gimnasio y el estudio. Tenía un aire despreocupado, medio canchero, y el acento brasileño que se le notaba cada vez que hablaba. Cuando me miró, sus ojos oscuros parecían escudriñar mis intenciones y sonrió para darme confianza. —Oi, tá pronto? —me dijo, con una sonrisa ladeada. La vibra de su tono ya me había pegado en el cuerpo. Me senté en la silla, medio inseguro. No era solo por el dolor que se venía, sino porque ya me había dado cuenta de que, más que el tatuaje, había algo en él que me estaba generando una energía intensa. Me explicó el diseño, pero a decir verdad, no estaba prestando mucha atención. No podía dejar de mirar sus manos, grandes, con los dedos cubiertos de tinta, moviéndose con precisión mientras preparaba las agujas. ¿Cómo sería sentir esas manos sobre mi piel? La cercanía de su cuerpo, el calor que irradiaba, me empezaba a hacer sentir raro. Quiero que sepan que se le re contra marcaba el bulto, parecía tener una pija que incluso dormida era enorme. Haciendo el tatuaje en mi muslo izquierdo, iba a estar muy cerca de mi verga. ¿Y si se me paraba? ¿Cómo disimulás una erección en la cara del tatuador? —Hoy vamos a hacer un lobo, menino. —dijo mientras acercaba la aguja a mi piel—. Te va a doler un poco, pero tranquilo, es parte de la experiencia. El primer pinchazo fue como un chispazo que recorrió mi muslo. Cerré los ojos, tratando de concentrarme en el diseño que comenzaba a tomar forma, pero lo único que podía sentir era el calor de João muy cerca de mí, su respiración sobre mi piel. Cada vez que la aguja perforaba mi carne, el dolor se mezclaba con una sensación extraña, como una corriente de placer que me recorría todo el cuerpo. —¿Duele? —preguntó, riéndose suavemente, y me di cuenta de que mi pierna derecha se movía nerviosa, la otra la tenía que dejar bien tiesa para dejar trabajar a João. —No, está bien —mentí, tratando de contenerme. Pero no era el dolor lo que me preocupaba. El problema era la forma en que mi cuerpo estaba reaccionando: se me estaba parando la pija. CONTINÚA… Para saber cómo fue el tatuaje pajero con el brasileño João entrá al link y con un pequeño aporte te enterás de todo. SPOILER ALERT: Preparate para una historia cargada de tensión y deseo donde lo que empieza como una simple sesión de tatuaje se convierte en un juego de miradas, roces y sensaciones a flor de piel. João, el tatuador brasileño de cuerpo imponente y manos seguras, nos sumerge en un viaje tan doloroso como placentero. Entre el zumbido de la aguja y el calor de sus cuerpos, lo que comienza como un ritual artístico va desdibujando los límites de lo que es profesional y lo que es íntimo, hasta que sus pijas se encuentran en un momento de puro placer compartido. #frottagge PARTE 2 - LINK: https://shorturl.at/MBbSb
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PARTE 1 de 2 - RELATO PAJERO: 🔵 MI AMIGO EL COLO Y YO 🎮 🎮 #02

Les hago un resumen picante para ponerlos al tanto de lo que pasó en la primera parte con el Colo, así entran en calor para lo que viene. Imaginense una noche de verano, hacía un calor insoportable, de esos que te pegan la remera al cuerpo. Nos habíamos juntado en su departamento a tomar un vinito, ese tinto que te deja los labios marcados. El Colo, con su pelo rojo alborotado, siempre nos hacía acordar a una versión rústica de Van Gogh, con esa barba desprolija y unos ojos azules profundos. Tenía un cuerpo fibroso, de esos que no ves en el gimnasio pero que están tonificados de hacer laburo físico, con unas manos enormes, toscas, que te hacen pensar cualquier cosa menos en suavidad. Esa noche no teníamos apuro, así que sacó unas revistas porno viejas, de esas con olor a papel gastado, y nos pusimos a hojearlas. Las minas desnudas, con peinados de los 80, posaban en escenarios ridículos, pero a nosotros nos calentaba igual, por morbo y nostalgia de cuando éramos más chicos iniciándonos en la paja. Después de un rato, el calor y el vino nos soltaron, y nos largamos a pajeárnosla, cada uno con la suya, pero sin sacarnos los ojos de encima. Al principio, como les conté, cada uno se encargaba de lo suyo, pero esa noche fue diferente. El Colo, con esa pija gruesa que tenía, no la soltaba, y yo ya no podía pensar en otra cosa que en darle una mano… Me encantó también bajar y olfateársela. Mi olor propio me calienta pero el de él me genera un morbo inexplicable, olor a pija de macho, de mi amigo el Colo, que me la pone dura sin dudar. Bueno, igual, si no leíste o escuchaste el capítulo anterior les dejo los links… 📖 Leé: https://shorturl.at/gENX9 🎧 Escuchá: https://shorturl.at/6UDw0 Ahora sí, sigamos con lo nuestro… Esta vez quería animarme a ir más allá. Después de esa primera vez, no pude dejar de pensar en lo que había pasado. Todo parecía tan natural, tan cómodo entre nosotros, pero había algo más que me seguía rondando la cabeza. Hasta ese momento, lo más lejos que habíamos llegado era hacernos una paja mutuamente, pero ahora, la idea de chuparle la pija al Colo no se me iba de la mente. Me preguntaba cómo sería dar ese paso, cómo se sentiría tener su verga en la boca, sentir su calor, su dureza, escuchar sus gemidos cuando lo llevara al borde de la leche. ¿Sería raro? ¿Me gustaría tanto como lo imaginaba? El morbo me ganaba, y aunque sentía una mezcla de nervios y curiosidad, las ganas de probarlo se volvían imposibles de ignorar. Cada vez que nos veíamos, mientras jugábamos o charlábamos, la idea estaba ahí, en el fondo de mi mente, esperando el momento justo para salir a la luz. Y no sabía cuánto tiempo más iba a poder aguantar esas ganas… CONTINÚA… Para saber cómo fue el encuentro donde me animé a chupársela entrá al link y con un pequeño aporte te enterás de todo. SPOILER ALERT: Hubo sorpresas… porque siempre que uno se anima a algo, ¡hay recompensa! Pista: seis nueve. PARTE 2 - LINK: https://shorturl.at/47L93
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PARTE 1 de 2 - RELATO PAJERO: MI COMPA DE FÚTBOL ⚽️⚽️ #02

Un día las pajas empezaron y nunca acabaron con mi compa de fútbol, Lio. Después de los partidos o del entrenamiento, solíamos quedarnos en los vestuarios… y éramos un par de pajeros los dos, hasta que se sumó el arquero Emiliano, y pasamos a ser un trío amistoso de morbo y masturbación compartida. Te cuento del morbo en los vestuarios, en mi depto y de cuando nos terminamos haciendo una en el medio de la cancha de fútbol de noche, con la adrenalina de que nos puedan encontrar. —--------------- - Che y ustedes que onda? Están acá hace mil años, hasta el entrenador preguntó por ustedes… Así arrancó la curiosidad de Emiliano, el arquero del equipo, cuando nos encontró en las duchas del vestuario. Yo quería que se vaya, que nos dejara a Lio y a mí seguir con lo nuestro. Estaba equivocado, porque cuando me agarré la pija y seguí bombeando, se dio cuenta y quiso sumarse. - ¡Te estás pajeando, HDP! - dice Emiliano riéndose.- ahora entiendo por qué no salen de la ducha pajeros. La pija de Emiliano colgaba y el matorral de pelos que tenía, caía con la lluvía de la ducha. - Sí, bro, nos interrumpiste- dice Lio desde el otro lado riéndose. - Apaaaaa, ¿¿¿vos también estás en esa??? Pero no sabía que había una juntada pajera en los vestuarios, no avisan ortivas. Para sorpresa de nosotros dos, Emiliano estaba más en la onda que nosotros dos juntos… Se empezó a sobar la verga sin problemas, se enjabonaba, juntaba tufo de los huevos con los dedos, se los llevaba a la nariz y los esnifaba. Me tengo que poner a tono con ustedes. Mejor me apuro. Al toque, el pedazo de carne que tenía entre sus piernas se puso completamente duro entre el matorral y apuntaba bien recto hacia arriba. Su pija era gordita y cabezona, proporcionada. En un segundo, los tres nos estábamos pajeando. Cada uno con la suya, cada uno en una ducha, enfrentados con las cortinas abiertas y solo el vapor cubriéndonos y disfrutando del placer de ser machos. Cada tanto tirábamos un comentario de alguna mina en común, o de alguna parte del cuerpo que nos volvía locos o comentábamos el placer que se siente bajar y subir el cuerito, sobarnos los huevos… Era increíble que los vestuarios se hubieran convertido en nuestro santuario secreto de placer. El trío prometido con Emiliano no fue algo planeado, pero la química entre nosotros tres era innegable. Las pajas que empezaron como una joda entre dos amigos futboleros terminaron siendo mucho más intensas y abiertas a nuevas experiencias. Porque la camaradería, el compañerismo morboso que se arma entre machos pajeros es realmente único. Esa primera vez que Emiliano se unió a nosotros fue una locura. Así como estábamos, totalmente en bolas, desnudos, bajo las duchas del club, con el vapor envolviéndonos en una atmósfera densa y casi irreal. Lio y yo estábamos ya metidos en lo nuestro cuando Emiliano, con total naturalidad, decidió sumarse. En ese momento, nos dimos cuenta de que no había vuelta atrás, habíamos cruzado un nuevo límite, y la verdad... no nos importaba. Empezamos a pajearnos, mirándonos entre risas y comentarios sobre el tamaño de las pijas, sobre quién estaba más duro o quién iba a aguantar más. Era un juego, pero un juego que nos excitaba de una manera que no podíamos explicar del todo. Emiliano, con su imponente figura de arquero musculoso y tatuajes, nos desafiaba a ver quién acababa primero. - ¡A ver quién la larga más lejos!- dijo entre risas, mientras bombeaba su pija con una mano y se rascaba la cabeza de la verga con la otra. Todo fue subiendo de intensidad hasta que… Lio y yo, ningunos boludos, buscamos subir la apuesta y pajearlo a Emiliano… La humedad envolvía nuestros cuerpos, creando un ambiente lubricado y resbaladizo. La tensión sexual era palpable, Lio dio el primer paso para tentar a Emiliano para que se sume. Lio se acercó a mí en mi ducha y comenzó a acariciarme la pija, su mano firme y segura. Emiliano nos miró curioso de nuestro hacer… - Esto es una locura -dijo Emiliano, mirando a ambos con una sonrisa de satisfacción-. No puedo creer que estamos acá, haciendo esto, ustedes dos son unos hijos de puta con todas las letras, jaja. Nos reímos. Y ya no hizo falta decir nada más, Emiliano se unió rápidamente a nosotros, sus manos también explorando y acariciando nuestros cuerpos esculpidos de futbolistas. La sensación de los toques de ambos en simultáneo era increíble, el calor del agua combinándose con el calor de nuestras erecciones. Lio, mientras miraba a Emiliano, se inclinó hacia adelante y me… CONTINÚA… Para desbloquear el morbo absoluto sobre la amistad pajera de los compañeros de fútbol, dejá tu pequeño aporte y te enterás de todo. SPOILER ALERT: Los bros futboleros se terminan haciendo una en el medio de la cancha de fútbol de noche fantaseando con Flor, la recepcionista del club. ¡IMPERDIBLE! 🔥 PARTE 2 - LINK: https://shorturl.at/1Y6jY
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PARTE 1 de 2 - RELATO PAJERO PREMIUM: EL MENTOR DE PAJAS ESPAÑOL 🇪🇸

*Él me enseñó todo sobre la paja compartida entre machos* Relato real del intercambio cultural entre Hache y Jota, un cordobés hetero de 25 años y un español gay de 50 con experiencia que le enseña todo lo que necesita saber sobre la masturbación compartida, docking, frotage, cum control y edging. EL MENTOR DE PAJAS ESPAÑOL 🇪🇸 Hola, colegas pajeros, ¿cómo van esas aventuras? Me presento me llamo Hernán; me dicen Hache, soy de la provincia de Córdoba y me animé a contar mi historia después de leer los relatos de la Comunidad de Pajeros Argentos, cada historia que leía hacía crecer mi nivel de morbo por lo que decidí contar mi experiencia… espero que les guste. Después de terminar la universidad y habiendo escuchados las propuestas que la facultad tenía para ofrecerme, prioricé hacer un posgrado de un semestre en España. Luego de hablar de tal situación con mi novia y mi familia, me preparé para probar suerte en Europa. Elegí una Universidad en Madrid, ya que la idea además de estudiar era conocer un poco de joda, en medio de los preparativos mi papá me pasó el contacto de un viejo amigo suyo de su época universitaria, tal contacto era solo para casos de emergencia. Este amigo, “el gallego, Jota o Jay-Jay” como le decían, supo desde el comienzo que yo iba para allá. Jota es la razón por la que decidí quedarme unos meses más, Jota me enseñó un mundo de placeres nuevos. Nuestra intimidad fue creciendo y nos fuimos dejando disfrutar juntos de nuestras chotas bien duras sin ningún problema. Colegas pajilleros, como le dicen allá. Pero no nos adelantemos en la historia… Dejemos que el morbo vaya en aumento poco a poco… Mi llegada desde Córdoba a Madrid fue larga y llena de ansiedad. No era la primera vez que viajaba tan lejos pero si la primera en hacerlo solo. El viaje lo compartí con otros dos cordobeses de mi universidad que irían a parar a mí mismo campus. La vida en los alojamientos universitarios son un delirio, un descontrol. Estudias, sí, pero en también te la pasas de joda, en mi caso dado que mi estancia era corta el monto no era muy elevado, sin embargo los euros se me esfumaban. Después de tres semanas en España, recordé que mi viejo le mandaba un regalo a su amigo, por lo que le mandé un WhatsApp para coordinar un encuentro. El mensaje fue contestado, y para mi asombro me reclamaba que no lo había contactado antes pero que entendía que seguramente la estaba pasando de maravillas. Coordinamos para vernos al día siguiente en un bar cercano a la Universidad, bar al que a pesar de la cercanía no lo había visitado nunca. Llegué con cierto retraso por lo que conforme traspasé la puerta lo llamé al teléfono, sepan entender que solo lo conocía por la foto de su perfil. Caminé por entre las mesas hasta que di con una persona sentada de espaldas al que le sonaba el celular y al atender supe que se trataba de Jota. - Ey, hola, ¿sos Jota el amigo de mi viejo??? - Joder, chaval, que llevo 35 minutos esperando, si esto fuera Berlín ya te habrían mandado a tomar por culo. Ese vozarrón que tenía, acompañado de una risa contagiosa, me descolocaron, pero rápidamente abrió los brazos y nos abrazamos fuertemente. - Venga, que estoy bromeando contigo, siéntate… ¿nos bebemos una caña? - Si por caña hablás de cerveza, sí, aunque preferiría un fernet. Pero si son bien frías mejor. - Pero claro, hombre, para calientes nosotros, eh… Jota es un tipo que está alrededor de los 50 años, es ingeniero aeronáutico y opera como piloto privado, físicamente es un hombre corpulento de unos 90kg, alto; calculo que tendrá más de 1.80 m, de pelo muy corto blanco y una tupida barba entrecana, con una voz grave. Supe tiempo después que había jugado al rugby tanto en Argentina como en España. Yo en cambio soy muy alto, delgado y fibroso, marcado de hacer durante años crossfit y natación, de melena castaña clara y una barba tranqui algo colorada. Me contó que estaba divorciado, que tenía hijos de mi edad que vivían en Alemania y que desde hacía un tiempo estaba en una relación abierta con un colega. Que eso le había traído roces con sus hijos pero que a él no le importaba. Pasado un buen rato de la charla me colgué mirando unos cuadros de las paredes, todos eran de personas desnudas, me colgué no por la desnudez o la falta de sexo que llevaba hasta la fecha, sino porque me sorprendió ver arte en un bar. Jota se percató de mi distracción, giró para ver que me mantenía ocupado y dijo: - Joder macho que eres todo un puñetero, ¿hace cuánto que no te echas un casquete? Porque en lugar de ver cuadros no miras a tu alrededor que está lleno de gente guapa. Automáticamente me puse rojo, y dije: - ¿Un casquete? Te referís a, ¿una paja?... Él entró a reír y respondió: - No mi alma, echar un casquete significa follar, mojar; coger dirían Uds. Lo otro es cascársela o hacerse una gayola. Como sea, ¿te falta alguna? - Jajaja, no Jota, quédate tranquilo que me sobran ambas- dije inflando el pecho. Siempre que podía me elogiaba algún atributo, si no era por la altura era por el tamaño de mis manos, de mis pies. A mí me causaba mucha gracia, nunca lo vi como una insinuación. Cabe reconocer que la gente giraba a mirarlo no solo por su aspecto físico sino también por su forma de expresarse. Yo me la pasaba muy bien a su lado. Pero lo mejor… Vino después… Nuestra charla continuó en torno a cómo estaba llevando mi estancia en Madrid, le conté que todo era positivo con excepción de mi convivencia con mis compañeros de cuarto, que ya había solicitado el cambio de habitación junto a otro colega y que debía esperar; la respuesta de Jota fue que contara con él ya que tenía cuartos libres en su piso y que su intención no era hacer dinero, sino ayudar a un amigo. Dicha propuesta cambiaría completamente mi vida más adelante… Con Jota nos vimos un par de veces más durante ese tiempo, alguna salida a tomar unas cañas, un partido de fútbol en el Bernabéu; a veces solos otras veces con su pareja o con alguno de mis colegas, siempre con la mejor predisposición. Llegada la época de fiestas de fin de año el campus comenzó a quedar vació, por lo que Jota me invitó a instalarme en su casa y a pasar las fiestas. Me instalé unos días antes de navidad con cierta vergüenza por la molestia que podía causarle pero todo fue perfecto, la casa o el piso como dicen ellos era enorme, cada habitación contaba con su propio baño; el anfitrión me dio plena libertad de entrar y salir cuando quisiera, podía llevar a quien quisiera y hacer lo que se me ocurriera. Durante todos esos días hasta el día que lo cambiaría todo me sentí mucho más cómodo que en el campus, y me planteé por qué no había aceptado antes la propuesta de instalarme ahí. La heladera siempre llena, la cama cómoda y las duchas de lo mejor. Y para colmo Jota y su pareja estaban poco y tenían la mejor onda. Los días pasaron y finalmente llegó el festejo de fin de año. Yo invité a unos colegas, Jota a sus amistades y pasamos una muy divertida cena, llena de anécdotas, chismes, alcohol y buena comida. Pasadas las 12 de noche y llegado el nuevo año dimos unas vueltas por la zona, llegamos a las cercanías de la plaza mayor y nos tomamos algunas copas más. Pasadas las 4 am volví al departamento a hacerles una videollamada a mi familia, Jota llegó al rato y pudo hablar un rato con mi viejo. Más tarde llamé a mi chica y la noté rara, hablamos varias horas hasta que el cansancio comenzó a vencernos. Lo que se vendría al despertarme fue una sucesión de eventos que al día de hoy no logro dimensionar, pero despertó en mí a un puñetero que difícilmente puede desaparecer. Llegado el primer amanecer del 2024 desperté, con una erección que difícilmente se podía disimular, caminé hacia el baño, me lave la cara, me manosee un poco la verga pero estando en casa ajena no me anime a pajearme. Les juro que necesitaba hacerlo pero, al no hacerlo creo que me gane el premio mayor. Ya lo sabrán… Me acerqué a la cocina, eran pasadas las 12 del mediodía, se podía percibir en el aire el olor a café y a pan horneado, la calefacción estaba al máximo. Jota estaba acomodando algo detrás de la isla de espaldas a mí, lo saludé al pasar. Me fui acercando para darle un abrazo y cuando giró pude ver que estaba en bóxer, apenas cubierto por una bata estampada muy fina atada en la cintura que dejaba al descubierto parte de su pecho peludo. Me frené por el shock y fue él quien dio los dos pasos restantes y me abrazó. - Feliz Año, chavalín, bienvenido un nuevo comienzo. Día uno para hacer gilipolleces. - Muy Feliz Año, amigo, gracias por todo. No sé porqué pero por primera vez sentí algo distinto, el abrazo casi al natural despertó en mí una percepción distinta; lo olí, sentí el olor de su perfume, por primera vez pude ver que tenía unas piernas enormes muy peludas, incluso recién en ese momento me percaté que sus brazos también desbordaban de pelos; estaba descalzo y sus pies eran enormes. Todo eso descubrí en una fracción de pocos segundos. El calor de mi cuerpo comenzó a subir, por mi cabeza pasaron pensamientos que nunca había tenido, y entre mis piernas la verga se empezó a despertar. Lo disimulé, me senté del otro lado de la isla y desayunamos. Conforme charlábamos no podía evitar mirar el pedazo de tipo que estaba frente a mí; él de manera casual o intencionada buscaba cualquier excusa para abrirse un poco más la bata. El tipo se partía, y ahí comprendí las miradas que robaba del público cada vez que salíamos. Me preguntó en cierto momento que tal me había ido en la charla con mi novia y cuando le comenté que la notaba rara me dijo que quizá eran ideas mías, que si había amor la distancia no era excusa. Me preguntó también, como cuando lo conocí, si venía cogiendo con alguien, o si me pajeaba. Todo siempre con su mejor cara de zarpado. Le pregunté a qué iba con esas preguntas y dijo: - Joder, tío, que al abrazarte note que estabas empalmado y no sé si es por abstinencia o por mí- y echó a reírse. Automáticamente me puse colorado, me reí y le dije: - Che, cabrón, no seas culiao, estoy así porque todos los días arranco así, pasa que no nos cruzamos nunca en la mañana. - ¿Cruzamos?...- dijo irónicamente…-Ahhh, que no nos encontramos en las mañanas. - Dale, Jota, te estás yendo al pasto, quédate tranquilo que cojo cada tanto y me clavo unos pajotes de película. -¿¿¿En mi propia casa???- dijo haciéndose el horrorizado- Jajaja, haces bien, lo mejor es vivir liviano y más si es a comienzo de un nuevo año, ¿ya te hiciste la primera del año?. - Daaaa, no seas boludo, no juegues con fuego amigazo. Volví a mí cuarto con la idea de ducharme; me quite la ropa y la acomodé en la cama y entré a la ducha, la situación vivida en la cocina me tenía la chota más que gomosa, estaba hipersensible; el agua que me caía me la estimulaba cada vez más. Yo no era tonto, sabía que Jota tenía una pareja abierta pero en ningún momento desde que lo conocí sentí que tuviera algún interés distinto al de una amistad conmigo. Pronto me llevaría una grata sorpresa… Salí de la ducha cubriéndome a la altura de la cintura, me estaba terminando de secar cuando Jota golpeo la puerta y se mandó con una excusa tonta, fue tan repentino que no hice a tiempo a cubrirme la chota y rápidamente me terminé de subir el bóxer, sus ojos se desorbitaron y dijo algo así como: - Joder… menudo pedazo de carne, carne argentina de exportación. Yo me puse ya no rojo, me puse bordó y la verga comenzó a morcillear mientras tanto seguí con el pantalón. - Parece que esa carne está viva macho, o está feliz. O ambas- dijo mientras se reía. - Ey, Jota, dale culiao me estoy cambiando. No podes ser tan HDP, ¿qué necesitás? - Perdona Hernán, no hubo ninguna mala intención, solo quise asegurarme que todo estaba bien, y vaya que lo he comprobado. - ¿Te das cuenta que te zarpás, no? ¿Sabés lo que zarparse? Mientras le decía eso sentía que mi verga pasaba de gomosa a dura y comenzaba a notarse. Mientras la charla transcurría yo seguía sin subirme el pantalón y Jota se excusaba y no salía. Hasta que rompió el hielo. - Mira chaval eres más guapo de lo que podía llegar a imaginar, eres majo y no quiero arruinar una linda amistad pero no puedo evitar sentirme atraído por tu persona y no es solo por lo físico, si me dejas te puedo ayudar a descubrir cosas maravillosas y es evidente por lo que se te marca en la entrepierna que lo que está pasando te está excitando. Todo eso dijo ante mi atónita mirada y rápidamente llevé mis manos a la ingle para cubrirme. Ya era tarde… la suerte estaba echada. CONTINÚA… Para conocer qué pasó entre Hernán y Jota, deja tu pequeño aporte y descubrirás que un mentor pajero con experiencia puede ser la piedra angular que cambie tu perspectiva de vida. SPOILER PAJERO: Jota se convierte en el maestro del placer y le hace descubrir a Hache que a veces acumularse las ganas genera mucho más placer que el que había conocido en sus 25 años de vida; para Hernán convertirse en el mejor alumno, comenzó ese 1ro de enero… PARTE 2 - LINK: https://shorturl.at/inyPi
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