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PARTE 1 de 2 - RELATO PAJERO PREMIUM: EL MENTOR DE PAJAS ESPAÑOL 🇪🇸

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*Él me enseñó todo sobre la paja compartida entre machos* Relato real del intercambio cultural entre Hache y Jota, un cordobés hetero de 25 años y un español gay de 50 con experiencia que le enseña todo lo que necesita saber sobre la masturbación compartida, docking, frotage, cum control y edging. EL MENTOR DE PAJAS ESPAÑOL 🇪🇸 Hola, colegas pajeros, ¿cómo van esas aventuras? Me presento me llamo Hernán; me dicen Hache, soy de la provincia de Córdoba y me animé a contar mi historia después de leer los relatos de la Comunidad de Pajeros Argentos, cada historia que leía hacía crecer mi nivel de morbo por lo que decidí contar mi experiencia… espero que les guste. Después de terminar la universidad y habiendo escuchados las propuestas que la facultad tenía para ofrecerme, prioricé hacer un posgrado de un semestre en España. Luego de hablar de tal situación con mi novia y mi familia, me preparé para probar suerte en Europa. Elegí una Universidad en Madrid, ya que la idea además de estudiar era conocer un poco de joda, en medio de los preparativos mi papá me pasó el contacto de un viejo amigo suyo de su época universitaria, tal contacto era solo para casos de emergencia. Este amigo, “el gallego, Jota o Jay-Jay” como le decían, supo desde el comienzo que yo iba para allá. Jota es la razón por la que decidí quedarme unos meses más, Jota me enseñó un mundo de placeres nuevos. Nuestra intimidad fue creciendo y nos fuimos dejando disfrutar juntos de nuestras chotas bien duras sin ningún problema. Colegas pajilleros, como le dicen allá. Pero no nos adelantemos en la historia… Dejemos que el morbo vaya en aumento poco a poco… Mi llegada desde Córdoba a Madrid fue larga y llena de ansiedad. No era la primera vez que viajaba tan lejos pero si la primera en hacerlo solo. El viaje lo compartí con otros dos cordobeses de mi universidad que irían a parar a mí mismo campus. La vida en los alojamientos universitarios son un delirio, un descontrol. Estudias, sí, pero en también te la pasas de joda, en mi caso dado que mi estancia era corta el monto no era muy elevado, sin embargo los euros se me esfumaban. Después de tres semanas en España, recordé que mi viejo le mandaba un regalo a su amigo, por lo que le mandé un WhatsApp para coordinar un encuentro. El mensaje fue contestado, y para mi asombro me reclamaba que no lo había contactado antes pero que entendía que seguramente la estaba pasando de maravillas. Coordinamos para vernos al día siguiente en un bar cercano a la Universidad, bar al que a pesar de la cercanía no lo había visitado nunca. Llegué con cierto retraso por lo que conforme traspasé la puerta lo llamé al teléfono, sepan entender que solo lo conocía por la foto de su perfil. Caminé por entre las mesas hasta que di con una persona sentada de espaldas al que le sonaba el celular y al atender supe que se trataba de Jota. - Ey, hola, ¿sos Jota el amigo de mi viejo??? - Joder, chaval, que llevo 35 minutos esperando, si esto fuera Berlín ya te habrían mandado a tomar por culo. Ese vozarrón que tenía, acompañado de una risa contagiosa, me descolocaron, pero rápidamente abrió los brazos y nos abrazamos fuertemente. - Venga, que estoy bromeando contigo, siéntate… ¿nos bebemos una caña? - Si por caña hablás de cerveza, sí, aunque preferiría un fernet. Pero si son bien frías mejor. - Pero claro, hombre, para calientes nosotros, eh… Jota es un tipo que está alrededor de los 50 años, es ingeniero aeronáutico y opera como piloto privado, físicamente es un hombre corpulento de unos 90kg, alto; calculo que tendrá más de 1.80 m, de pelo muy corto blanco y una tupida barba entrecana, con una voz grave. Supe tiempo después que había jugado al rugby tanto en Argentina como en España. Yo en cambio soy muy alto, delgado y fibroso, marcado de hacer durante años crossfit y natación, de melena castaña clara y una barba tranqui algo colorada. Me contó que estaba divorciado, que tenía hijos de mi edad que vivían en Alemania y que desde hacía un tiempo estaba en una relación abierta con un colega. Que eso le había traído roces con sus hijos pero que a él no le importaba. Pasado un buen rato de la charla me colgué mirando unos cuadros de las paredes, todos eran de personas desnudas, me colgué no por la desnudez o la falta de sexo que llevaba hasta la fecha, sino porque me sorprendió ver arte en un bar. Jota se percató de mi distracción, giró para ver que me mantenía ocupado y dijo: - Joder macho que eres todo un puñetero, ¿hace cuánto que no te echas un casquete? Porque en lugar de ver cuadros no miras a tu alrededor que está lleno de gente guapa. Automáticamente me puse rojo, y dije: - ¿Un casquete? Te referís a, ¿una paja?... Él entró a reír y respondió: - No mi alma, echar un casquete significa follar, mojar; coger dirían Uds. Lo otro es cascársela o hacerse una gayola. Como sea, ¿te falta alguna? - Jajaja, no Jota, quédate tranquilo que me sobran ambas- dije inflando el pecho. Siempre que podía me elogiaba algún atributo, si no era por la altura era por el tamaño de mis manos, de mis pies. A mí me causaba mucha gracia, nunca lo vi como una insinuación. Cabe reconocer que la gente giraba a mirarlo no solo por su aspecto físico sino también por su forma de expresarse. Yo me la pasaba muy bien a su lado. Pero lo mejor… Vino después… Nuestra charla continuó en torno a cómo estaba llevando mi estancia en Madrid, le conté que todo era positivo con excepción de mi convivencia con mis compañeros de cuarto, que ya había solicitado el cambio de habitación junto a otro colega y que debía esperar; la respuesta de Jota fue que contara con él ya que tenía cuartos libres en su piso y que su intención no era hacer dinero, sino ayudar a un amigo. Dicha propuesta cambiaría completamente mi vida más adelante… Con Jota nos vimos un par de veces más durante ese tiempo, alguna salida a tomar unas cañas, un partido de fútbol en el Bernabéu; a veces solos otras veces con su pareja o con alguno de mis colegas, siempre con la mejor predisposición. Llegada la época de fiestas de fin de año el campus comenzó a quedar vació, por lo que Jota me invitó a instalarme en su casa y a pasar las fiestas. Me instalé unos días antes de navidad con cierta vergüenza por la molestia que podía causarle pero todo fue perfecto, la casa o el piso como dicen ellos era enorme, cada habitación contaba con su propio baño; el anfitrión me dio plena libertad de entrar y salir cuando quisiera, podía llevar a quien quisiera y hacer lo que se me ocurriera. Durante todos esos días hasta el día que lo cambiaría todo me sentí mucho más cómodo que en el campus, y me planteé por qué no había aceptado antes la propuesta de instalarme ahí. La heladera siempre llena, la cama cómoda y las duchas de lo mejor. Y para colmo Jota y su pareja estaban poco y tenían la mejor onda. Los días pasaron y finalmente llegó el festejo de fin de año. Yo invité a unos colegas, Jota a sus amistades y pasamos una muy divertida cena, llena de anécdotas, chismes, alcohol y buena comida. Pasadas las 12 de noche y llegado el nuevo año dimos unas vueltas por la zona, llegamos a las cercanías de la plaza mayor y nos tomamos algunas copas más. Pasadas las 4 am volví al departamento a hacerles una videollamada a mi familia, Jota llegó al rato y pudo hablar un rato con mi viejo. Más tarde llamé a mi chica y la noté rara, hablamos varias horas hasta que el cansancio comenzó a vencernos. Lo que se vendría al despertarme fue una sucesión de eventos que al día de hoy no logro dimensionar, pero despertó en mí a un puñetero que difícilmente puede desaparecer. Llegado el primer amanecer del 2024 desperté, con una erección que difícilmente se podía disimular, caminé hacia el baño, me lave la cara, me manosee un poco la verga pero estando en casa ajena no me anime a pajearme. Les juro que necesitaba hacerlo pero, al no hacerlo creo que me gane el premio mayor. Ya lo sabrán… Me acerqué a la cocina, eran pasadas las 12 del mediodía, se podía percibir en el aire el olor a café y a pan horneado, la calefacción estaba al máximo. Jota estaba acomodando algo detrás de la isla de espaldas a mí, lo saludé al pasar. Me fui acercando para darle un abrazo y cuando giró pude ver que estaba en bóxer, apenas cubierto por una bata estampada muy fina atada en la cintura que dejaba al descubierto parte de su pecho peludo. Me frené por el shock y fue él quien dio los dos pasos restantes y me abrazó. - Feliz Año, chavalín, bienvenido un nuevo comienzo. Día uno para hacer gilipolleces. - Muy Feliz Año, amigo, gracias por todo. No sé porqué pero por primera vez sentí algo distinto, el abrazo casi al natural despertó en mí una percepción distinta; lo olí, sentí el olor de su perfume, por primera vez pude ver que tenía unas piernas enormes muy peludas, incluso recién en ese momento me percaté que sus brazos también desbordaban de pelos; estaba descalzo y sus pies eran enormes. Todo eso descubrí en una fracción de pocos segundos. El calor de mi cuerpo comenzó a subir, por mi cabeza pasaron pensamientos que nunca había tenido, y entre mis piernas la verga se empezó a despertar. Lo disimulé, me senté del otro lado de la isla y desayunamos. Conforme charlábamos no podía evitar mirar el pedazo de tipo que estaba frente a mí; él de manera casual o intencionada buscaba cualquier excusa para abrirse un poco más la bata. El tipo se partía, y ahí comprendí las miradas que robaba del público cada vez que salíamos. Me preguntó en cierto momento que tal me había ido en la charla con mi novia y cuando le comenté que la notaba rara me dijo que quizá eran ideas mías, que si había amor la distancia no era excusa. Me preguntó también, como cuando lo conocí, si venía cogiendo con alguien, o si me pajeaba. Todo siempre con su mejor cara de zarpado. Le pregunté a qué iba con esas preguntas y dijo: - Joder, tío, que al abrazarte note que estabas empalmado y no sé si es por abstinencia o por mí- y echó a reírse. Automáticamente me puse colorado, me reí y le dije: - Che, cabrón, no seas culiao, estoy así porque todos los días arranco así, pasa que no nos cruzamos nunca en la mañana. - ¿Cruzamos?...- dijo irónicamente…-Ahhh, que no nos encontramos en las mañanas. - Dale, Jota, te estás yendo al pasto, quédate tranquilo que cojo cada tanto y me clavo unos pajotes de película. -¿¿¿En mi propia casa???- dijo haciéndose el horrorizado- Jajaja, haces bien, lo mejor es vivir liviano y más si es a comienzo de un nuevo año, ¿ya te hiciste la primera del año?. - Daaaa, no seas boludo, no juegues con fuego amigazo. Volví a mí cuarto con la idea de ducharme; me quite la ropa y la acomodé en la cama y entré a la ducha, la situación vivida en la cocina me tenía la chota más que gomosa, estaba hipersensible; el agua que me caía me la estimulaba cada vez más. Yo no era tonto, sabía que Jota tenía una pareja abierta pero en ningún momento desde que lo conocí sentí que tuviera algún interés distinto al de una amistad conmigo. Pronto me llevaría una grata sorpresa… Salí de la ducha cubriéndome a la altura de la cintura, me estaba terminando de secar cuando Jota golpeo la puerta y se mandó con una excusa tonta, fue tan repentino que no hice a tiempo a cubrirme la chota y rápidamente me terminé de subir el bóxer, sus ojos se desorbitaron y dijo algo así como: - Joder… menudo pedazo de carne, carne argentina de exportación. Yo me puse ya no rojo, me puse bordó y la verga comenzó a morcillear mientras tanto seguí con el pantalón. - Parece que esa carne está viva macho, o está feliz. O ambas- dijo mientras se reía. - Ey, Jota, dale culiao me estoy cambiando. No podes ser tan HDP, ¿qué necesitás? - Perdona Hernán, no hubo ninguna mala intención, solo quise asegurarme que todo estaba bien, y vaya que lo he comprobado. - ¿Te das cuenta que te zarpás, no? ¿Sabés lo que zarparse? Mientras le decía eso sentía que mi verga pasaba de gomosa a dura y comenzaba a notarse. Mientras la charla transcurría yo seguía sin subirme el pantalón y Jota se excusaba y no salía. Hasta que rompió el hielo. - Mira chaval eres más guapo de lo que podía llegar a imaginar, eres majo y no quiero arruinar una linda amistad pero no puedo evitar sentirme atraído por tu persona y no es solo por lo físico, si me dejas te puedo ayudar a descubrir cosas maravillosas y es evidente por lo que se te marca en la entrepierna que lo que está pasando te está excitando. Todo eso dijo ante mi atónita mirada y rápidamente llevé mis manos a la ingle para cubrirme. Ya era tarde… la suerte estaba echada. CONTINÚA… Para conocer qué pasó entre Hernán y Jota, deja tu pequeño aporte y descubrirás que un mentor pajero con experiencia puede ser la piedra angular que cambie tu perspectiva de vida. SPOILER PAJERO: Jota se convierte en el maestro del placer y le hace descubrir a Hache que a veces acumularse las ganas genera mucho más placer que el que había conocido en sus 25 años de vida; para Hernán convertirse en el mejor alumno, comenzó ese 1ro de enero… PARTE 2 - LINK: https://shorturl.at/inyPi
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