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Revelarte / Bárbara B.

Arte
Invitame un Cafecito

Sanar sangrar 🩸

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Hace unos días hice un relato en primera persona acerca del ciclo menstrual. Lo hice con miedo, porque si bien acostumbro a romper con lo establecido desde el arte, este paso era o parecía un poco más fuerte. Pensándolo bien, todos lo son antes de darlos. Algo se despertó con la campaña del espacio donde milito, que recolecta productos de gestión menstrual o colaboraciones económicas para la compra de los mismos (pueden pedirme info de querer ayudar). Esa llama se mantuvo encendida a medida que lo compartí con mis compañeras y leí/escuché sus devoluciones. Si no se habla de menstruación no existe y si no existe no tenemos que hacernos cargo. Y este proyecto está pensado en las personas que no tienen acceso a estos productos de higiene, volviéndose propensas a adquirir infecciones u otras enfermedades. Sí, está pensado en las personas en situación de calle. ¿De qué manera contribuimos a que el acceso a los mismos no sea un privilegio de clase? Se presentaron proyectos e informes. “Justicia Menstrual”, es otra de las tantas luchas en contra de la desigualdad, que forma parte de la búsqueda incansable por la equidad de género en todos los ámbitos que nos toca habitar. Sí, hay que nombrar a nuestro ciclo menstrual, hay que gritarlo si es necesario, para que se ponga en agenda las necesidades, para que otrxs no puedan esquivarlo más, para que lo repensemos incluso culturalmente, para sanar con nosotras mismas todo lo que implica y resignificar ese sangrado. Si no existe, no se debate, si no se debate, no se puede disentir y si no se disiente, estamos limitadxs en el pensamiento y la acción.
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