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Revelarte / Bárbara B.

Arte
Invitame un Cafecito

No te comas la película 🍿

Para escribir este post inicié buscando ORGASMO en google: 🔍 Liberación de tensiones, contracciones involuntarias de la pelvis. Alcanzar el clima. Tipos de orgasmos, etc. “No siempre suena o se ve como en las películas”. Gracias Google por aclararlo sino muchas seguiríamos creyendo que, eso que nos pareció que podía ser un orgasmo, NO es , ya que no se asemeja a lo que vimos. No estaría mal empezar a desnaturalizar aquello que, durante años, venimos consumiendo acerca de los cuerpos, el sexo y sobre la llegada al climax. Así podemos comenzar a naturalizar lo real en cuanto a tamaños, formas y modos de llegar a esa “cima de la escalera” - como aparecía en la búsqueda-. Otra cosa que, a mi entender, hay que desnaturalizar es el egoísmo que circula en la mayoría de las pornos donde todo termina con una 𝘢𝘤𝘢𝘣𝘢𝘥𝘢 𝘧𝘶𝘭𝘮𝘪𝘯𝘢𝘯𝘵𝘦 del hombre. ¿De verdad van a replicarlo en sus vidas sexuales? [𝙷𝚘𝚕𝚊 👋🏽, 𝚊𝚌á 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚢 𝚝𝚊𝚖𝚋𝚒é𝚗 𝚚𝚞𝚎𝚛𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚊𝚌𝚊𝚋𝚊𝚛! 𝚈 𝚜𝚒 𝚙𝚘𝚛 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚛𝚊𝚣ó𝚗 𝚗𝚘 𝚟𝚊 𝚊 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚛, 𝚟𝚊 𝚊 𝚜𝚎𝚛 𝚙𝚘𝚛 𝚞𝚗𝚊 𝚍𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒ó𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚙𝚒𝚊 𝚢 𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚘𝚕𝚟𝚒𝚍𝚊𝚜𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚊𝚍𝚎𝚖á𝚜 𝚍𝚎 𝚟𝚘𝚜 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚗𝚘𝚜𝚘𝚝𝚛𝚊𝚜. 𝙴𝚜𝚝𝚎 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚊𝚌𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚊𝚛𝚝𝚒𝚍𝚘. 𝙰𝚜í 𝚚𝚞𝚎 𝚊𝚙𝚛𝚘𝚟𝚎𝚌𝚑𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚍𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚞𝚗 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚎𝚓𝚘: 𝚜𝚒 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚎𝚗 𝚝𝚞 𝚛𝚎𝚐𝚒𝚜𝚝𝚛𝚘 𝚎𝚜𝚝á 𝚏𝚊𝚕𝚕𝚊𝚗𝚍𝚘, 𝚊𝚕 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚜 𝚙𝚛𝚎𝚐𝚞𝚗𝚝á, 𝚊𝚜í 𝚕𝚘 𝚙𝚘𝚍é𝚜 𝚎𝚖𝚙𝚎𝚣𝚊𝚛 𝚊 𝚛𝚎𝚐𝚒𝚜𝚝𝚛𝚊𝚛. 𝙳𝚎 𝚗𝚊𝚍𝚊!] Se llega a ese momento por decisión de ambos o, por lo menos, eso espero. Entonces hay que dejar que algunas cosas fluyan más - sobre todo las que nos habilitan más disfrute - y destruir ciertos tabués que nos obstaculizan más de lo que aportan. ¡Hablamos de ghosteo pero esto también es responsabilidad afectiva!
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Pezones en libertad

Hace poco vi un posteo en el que, a cuerpos de mujeres le editaban sus pechos por uno de hombre, entonces las mismas no podían ser censuradas. No se si siempre fui consciente de la cantidad de censuras que tenía por el simple hecho de haber nacido del sexo femenino. Lo que sí recuerdo es que cuando era chica me quería sacar la remera y andar en cuero como hacían los nenes - por suerte mis viejes me la sacaban -. Hay algo de el usar corpiño para que de sostengan, para que queden bien, para que no se noten los pezones que ya no va más. Antes uno de mis mayores placeres era llegar y sacarme el corpiño, esos con aro que te marcaba todo. Hoy mi placer es andar sin ellos o con alguno cómodo de tela, y borré el por suerte que puse en el medio, porque no fue suerte, es gracias a la lucha, a la visibilización y por decisión propia.
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Hasta las raíces.

Hoy soñé con mi abuelo, armábamos unas plantitas para poner en un mueble. Cactus y suculentas la mayoría. Vi colores. Pensé en las raíces, en las suyas y las mías, y me di cuenta que no se tanto como quisiera, que pocas veces escuché hablar a mi abuelo de su mamá o de su papá, básicamente de su historia. Solo hablaba de su hermana ( sin mucho detalle) a la que le tenía un amor que también se le notaba en los ojos, pero que siempre era distante, no solo en los km que los separaba. Observo una incapacidad a demostrar afecto, a hablar en profundidad. Todo se daba por entendido, todo era superficial y de trabajo en sus conversaciones, todo se mantenía dentro de los parámetros de lo correcto. Ella con mucho más carácter que él y siempre maquillada. Siento que detrás de mi familia hay un silencio enorme que claramente no puedo descubrir de donde viene, pero que sin dudas en mi hace mucho ruido. Un ruido que me hace pensar en los casos de adicción que hubo en nuestras familias, en cómo reaccionaron ante esas adicciones, lo que hicieron y lo que no, pero sobre todo lo que ocultaron. Lxs escucho hablando de otros adictos como si sólo fuera algo ajeno, tengo las conversaciones en mi mente y recuerdo pensar lo hipócrita que me parecía que hablen del adicto que está afuera. Lxs adictxs son portavoces, son el síntoma de una familia enferma, de todo eso que se calla y se oculta. Lxs adictxs también incorporan conductas de esas escenas primarias, “pero si mis abuelos no consumían nada”, me digo y en ese instante entiendo lo que resonó en mi cuando pensé en las vacaciones de mi abuelo el otro día y en las de mi familia, y lo que comprendo es que mi abuelo fue un adicto al trabajo por mucho tiempo, más tiempo del que seguro pudo disfrutar algunas pequeñas cosas, sin embargo siempre hizo intentos por no perderse de eso. Era otra época, las pequeñas cosas quizás no habían sido resignificadas como ahora, seguramente no. Probablemente una corriente de mandatos lo empujaba fuerte a ser y tener todo lo que se debía. Pocas veces lo escuché enojarse, no puteaba, no explotaba. Se resignó. Todo lo que no sale se queda adentro, entonces el día que se cae se le hace un coágulo en la cabeza que no lo dejaba ni leer, ni trabajar, ni moverse muy bien. Lo operan y sale bien (no igual), pero queda con medicación - la medicación de la revolución - mi abuelo de ese momento puteaba, se enojaba y además se separó de mi abuela. Yo amé esa versión de él, más que a las otras versiones. Cuando dejó las pastillas volvió a la vida anterior, aunque ahora sí vacacionando un poco más. De todas formas se murió, en la calle y al lado de mi abuela, y probablemente de un acv, o eso dijo una médica que estaba por ahí. El silencio enferma. Mi abuelo fue la persona mas magnífica de mi vida, lo recuerdo hermoso, lo recuerdo presente. También lo veo ausente en su presencia, hubo algo que se quedó con él, que no pudo sacarlo, hizo lo que pudo, como todxs.
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NI UNE MENOS

Cuando grito soy Lucia, Pilar, Claudia, Micaela, Angeles, Úrsula, Guadalupe, Ivana y una lista interminable de nombres. También soy Tehuel, que seguimos sin saber nada. Soy todes elles, les que se fueron de acá gritando que les ayudemos o en un silencio de total resignación. Grito por elles, por nosotres, por mi. Grito porque me duele, cada nueva desaparición o muerte vuelve a abrir la herida y la hace sangrar. Grito porque no quiero escuchar ningún nombre más. Quiero dejar de ser el grito de les que ya no tienen voz, no quiero que nadie la pierda, mucho menos que se pierda la vida. Quiero que hablemos - en silencio nunca más - bajo y claro y que se nos escuche, porque cuando grito piensan que estoy loca y que soy exagerada y tampoco lo hacen, entonces no logro entenderlxs, ni a ustedes ni a su hipocresía. No logro entender a esa parte de la sociedad que mira para el otro lado, quisiera, pero no puedo. Mucho menos logro entender por qué se pone en tela de juicio nuestros derechos e intentan derribarlos, como sea. El ejercicio de pensar que pudiste ser vos, tu hermane, tu novie, tu abuele, tu amigue - así podés sentirlo más de cerca y empatizar - te lo propongo para que lo hagas; quiero ver si después no vas a querér gritar con los ojos en llamas que paren de matarnos, de abusarnos, de violarnos o de excluirnos.
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Bien abajo.

Profunda, es el adjetivo que mejor me define. Recorro los espacios más recónditos de mi interior, entro a cada cueva oscura que se me aparece y enciendo una llama que me permita ver mejor. La profundidad a veces hace doler los oídos, otras ahoga y también preocupa al que está afuera del agua, mientras te ve sumergirte bien adentro sin salir a respirar por un rato. El agua son mis emociones y ,me habilito a sentir las que incluso no están socialmente aprobadas en determinadas situaciones. Trato de sacarlas de la oscuridad o de lo profundo, así pueden flotar. El cuerpo comienza a sentirse mas liviano, pero no siempre encontrás lo que buscás, no siempre la pregunta tiene la respuesta ahí. M
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El deseo y la maternidad 🌱

“ ¡Es porque el deseo está desvarolizado que cederlo es algo cotidiano!” Me pregunto a dónde se irán los deseos de la mujer cuando comienza a maternar, como si ese deseo se volviera la cumbre de los deseos y los otros se esfumacen con el viento o quedaran sumergidos en la panza. Ese pensamiento de que nacimos vacías, con la falta de algo que sólo se llena con la llegada de un hije, es tan antiguo y retrógrado que me dan ganas de vomitar. Nos impusieron un deseo y de no tenerlo, nos condenaron a sentirnos insatisfechas de por vida. 2021. Avancen, entren y escuchen. Creyeron que se iban a apropiar de nuestros úteros y que con él, obtendrían el poder de decidir sobre nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestro goce, y sí, lo tuvieron por mucho tiempo, pero hay una fuerza que no tuvieron en cuenta, esa fuerza también es nuestro deseo, el que permanece encendido contra todo pronóstico. Somos reproductoras, ¿cómo vamos a gozar? Y además pregunto: ¿tenemos que hacernos cargo de que la especie “humana” no se extinga?¿Incluso cuando esa humanidad está totalmente alejada de ser humana? Muchas obligaciones y pocos derechos. Opino que no es un deber, no tenemos qué, excepto que queramos. Aunque de lo que sí está bueno hacernos cargo es de romper con esas prohibiciones presentes y a futuro, de enseñarles a les niñes desde posturas que integren y que además construyan, de romper con todo lo que intenta desintegrarnos. Las mujeres gozamos, disfrutamos, cumplimos nuestros sueños y deseos, no necesitamos ni somos la costilla de nadie. No hay otra media ni la mitad de una naranja que no esté en nosotras mismas, aunque lleve tiempo descubrirlo. ¿Acaso la maternidad nos impide seguir siendo las mujeres que construimos? ¿O maternar puede ser sólo una pieza más de ese rompecabezas que vamos armando? Este rompecabezas no tiene una forma estática ni mucho menos una sola imagen, podés quitarle y ponerle piezas, ver en qué lugares se sienten mejor, es a prueba y error, lo vas a hacer a tu manera y a tu tiempo, porque esas decisiones irán definiendo tu vida, y te harán sentir tan libre que tus deseos van a aflorar en todo momento.
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Sanar sangrar 🩸

Hace unos días hice un relato en primera persona acerca del ciclo menstrual. Lo hice con miedo, porque si bien acostumbro a romper con lo establecido desde el arte, este paso era o parecía un poco más fuerte. Pensándolo bien, todos lo son antes de darlos. Algo se despertó con la campaña del espacio donde milito, que recolecta productos de gestión menstrual o colaboraciones económicas para la compra de los mismos (pueden pedirme info de querer ayudar). Esa llama se mantuvo encendida a medida que lo compartí con mis compañeras y leí/escuché sus devoluciones. Si no se habla de menstruación no existe y si no existe no tenemos que hacernos cargo. Y este proyecto está pensado en las personas que no tienen acceso a estos productos de higiene, volviéndose propensas a adquirir infecciones u otras enfermedades. Sí, está pensado en las personas en situación de calle. ¿De qué manera contribuimos a que el acceso a los mismos no sea un privilegio de clase? Se presentaron proyectos e informes. “Justicia Menstrual”, es otra de las tantas luchas en contra de la desigualdad, que forma parte de la búsqueda incansable por la equidad de género en todos los ámbitos que nos toca habitar. Sí, hay que nombrar a nuestro ciclo menstrual, hay que gritarlo si es necesario, para que se ponga en agenda las necesidades, para que otrxs no puedan esquivarlo más, para que lo repensemos incluso culturalmente, para sanar con nosotras mismas todo lo que implica y resignificar ese sangrado. Si no existe, no se debate, si no se debate, no se puede disentir y si no se disiente, estamos limitadxs en el pensamiento y la acción.
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Sombra

Miento si digo que hace 27 años y medio que me toca lidiar conmigo, pero puedo asegurar que son varios, prácticamente desde que tengo conciencia, estoy tratando de hacerlo. O mejor dicho desde que entendí que las palabras podían golpear más que las piñas y que las mías noqueaban si querían, pero yo no quiero hacerle k.o. a nadie. En algún momento fueron mi escudo y mi espada, pero cuando la armadura cae el cuerpo se desmorona también, aunque eso no se ve nunca en medio de la batalla. Aprendí a respirar, a esperar para responder, a acariciarme para no sentirme tan vulnerable en medio de la guerra, a refugiarme en algún lugar seguro por un rato. Pero la peor parte es cuando sentís que eso que aprendiste no sirvió de nada, porque algo del pasado se revive en una actitud, en un movimiento, en una palabra, algo de todo eso por lo que luchas día a día por no repetir, está ahí, aparece, como una sombra oscura que te persigue, buscando el momento exacto para hacerse ver.
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