Cantarle a las paredes
para sentir que un pedacito de mi alma
con una nota se reconforta.
Otras veces no sé si llorarte o soñarte,
porque los recuerdos me queman y se llevan
la escasa memoria que me obliga a quedarme,
para reconstruir lo que alguna vez fue nuestro refugio.
Y si le canto a las paredes,
es porque sigo pensando
que se guardan mis mensajes.
Y si le grito al viento,
es porque no puedo aún
sanarte desde dentro.
Ver más

