Cardiopatías congénitas en las personas con síndrome de DownAproximadamente el 50% de los niños con síndrome de Down (SD) nace con alguna cardiopatía. Antes de que Faustina cumpliera sus primeras 24 horas de vida ya la había visto un cardiólogo infantil, que habían pedido en el Sanatorio especialmente para su caso, porque una bebita con SD llegaba en una semana de largos feriados. El Dr. Francisco Comas habló conmigo. Pausado, sonriente, agradable, me vino a dar el parte sobre la salud del corazón de mi hija. Los médicos me habían dicho que la calidad de vida de las personas con SD estaba marcada, entre otras cosas, por las cardiopatías congénitas porque en la mayoría de los casos estas anomalías se corrigen con cirugías. "Faustina está muy bien. Por suerte, no tiene cardiopatías", me dijo. Sus palabras me tranquilizaron enormemente. Sin embargo, el cardiólogo me aclaró que tenía un DAP (Ductus arterioso persistente) y una CIV (Comunicación interventricular) pequeños y un FOP (Foramen oval permeable) amplio, pero que tenía que tratarse de una cuestión madurativa y que pronto estarían cerrados. Y no se equivocó. Nos hizo ir a unos controles a los quince días del nacimiento y luego volvimos a los seis meses, y los conductos ya estaban cerrados. Ahora solo nos queda hacer controles una vez al año. Ya conocí a muchos bebés que por estos días tienen que ser operados o ya fueron a cirugía. Verónica Montes, mamá de Julieta (siete meses), está esperando que le programen una operación a su hija. "Mi beba está muy bien! A pesar de su cardiopatía se encuentra estable, crece bien y se la nota muy despierta y conectada. Ha llegado el momento de la cirugía porque está en edad, más que nada", cuenta la mamá. Julieta tiene un defecto del canal aurículoventricular completo, algo muy común en cardiopatías de niños con SD, pero a diferencia de lo que tenía Faustina (que a veces se cierra solo y a veces no), este defecto no se cierra solo sino que hay que recurrir a la cirugía. Verónica y su familia viven en Bahía Blanca pero tienen que viajar a Buenos Aires porque allí no se realiza este tipo de intervención. Su obra social la derivó al hospital Argerich y ahora espera que le programen la cirugía a Julieta. "Obviamente, una cirugía de este tipo tiene sus riesgos y eso preocupa. Julietita es todo para mí, algo que siente cualquier mamá por sus hijos.Y como toda mamá, tengo fe en que todo saldrá bien porque deseo lo mejor para ella y la amo. El amor nos da fuerzas y esperanza. Esperamos que todo salga bien, conseguir turno pronto y que luego de su recuperación pueda tener una buena calidad de vida", dice la mamá. Verónica también ha consultado qué les espera después. "El cardiólogo ya nos adelantó que según su evolución podría necesitar determinadas cuidados o algún tipo de medicación. También nos dijo que igualmente no tiene porqué haber demasiadas complicaciones ya que ella está fuerte y sana y no ha tenido descompensaciones, aunque seguramente requiera controles periódicos de por vida". Para esta mamá es muy importante mantenerse fuerte y transmitirle tranquilidad a su beba: “sobre todo darle mucho amor y disfrutar cada momento como ella me ha enseñado desde el maravilloso día en que llegó a mi vida”. Desde este blog quiero hacerles llegar nuestros cariños y un abrazo bien grande a todas las familias que como la de Verónica tienen que superar dificultades de salud. Y desearle especialmente a Julietita una cirugía exitosa! Gracias Verónica!Ver más
El Símbolo internacional de libre accesoHace unos días fui con Faustina a tramitar el Símbolo Internacional de Acceso que sirve para identificar al vehículo en el que se traslada a una persona con discapacidad. En Argentina el trámite es simple y se realiza en la oficina de Automotores del Servicio Nacional de Rehabilitación (SNR), que depende del Ministerio de Salud. Ahí me enteré que antes del año 2010, en las obleas figuraba la patente del vehículo, con lo cual el beneficio de usar el símbolo quedaba atado a un automotor. Por suerte cambiaron las normas. Ahora el símbolo es para el beneficiario, por lo cual puede usarlo si viaja en su propio auto, en cualquier otro auto que lo traslade, ya sea de otra persona, un amigo, un remis o un taxi, por ejemplo. Sin dudas, representa un avance para facilitar el derecho al libre tránsito y estacionamiento de las personas con discapacidad porque no importa en qué vehículo se traslade. Salimos del SNR con dos símbolos. Me dijeron que uno era para exhibir en el parabrisas delantero y el otro en la luneta trasera (siempre con los datos del beneficiario hacia adentro para mantener la privacidad). Con esta oblea está permitido estacionar en Avenidas de doble mano en ambas aceras (excepto en carriles exclusivos en el horario de funcionamiento de los mismos), en la acera izquierda en calles de sentido único, y en la entrada perteneciente a sedes de instituciones legalmente constituidas de personas con discapacidad, además de los espacios de prioridad marcados con el símbolo. Además, se supone que facilita la eximición del pago de los peajes (aunque en la práctica eso no funciona bien), de la Verificación técnica vehicular (eso sí funciona porque ya lo hice y no me cobraron) y la tramitación del espacio exclusivo frente al domicilio, si resulta necesario. Respecto de los peajes, les cuento que en la autopista Buenos Aires-La Plata nos dejan pasar solo con mostrar el símbolo (aunque ya me advirtieron que pronto habrá que tramitar un pase). Lo mismo para las autopistas Buenos Aires-Rosario y Rosario-Córdoba, donde pasamos sólo mostrando la oblea. Pero las concecionarias de las autopistas de la Ciudad de Buenos Aires no te permiten el libre acceso con el símbolo y te piden que hagas un trámite para que te den una credencial que habilita el pase. La Ley 1893 de la ciudad de Buenos Aires así lo establece pero el beneficio es para una única unidad, en contraposición a las garantías que ofrece el nuevo sistema de utilización del símbolo que se otorga a la persona, independientemente del vehículo en el que se traslade. Yo creo que el símbolo o el Certificado de discapacidad deberían ser garantes del pase. Son documentos públicos. Además, pienso en las miles de personas que, con certificado de discapacidad y/o símbolo, pasan circunstancialmente por la ciudad y vienen del interior del país, por ejemplo. ¿Tienen que ir a hacer un trámite para tener derecho al libre pase? Y si a mí me otorgan el pase por mi auto, ¿cuando Faustina viaja en otro vehículo pierde el derecho a la gratuidad? ¿No deberían cambiar esa Ley siguiendo los avances del sistema de otorgamiento del símbolo para el beneficiario y no para un vehículo? Creo que debemos reclamarlo.Ver más
Faustina ya tiene su primer diente!Ya asomó el primer diente en la boca de Faustina! Filoso y blanquito, un diente de abajo salió hace apenas unos días. Durante meses estuvo con las encías cada vez más gruesas, ásperas y rugosas, pero el diente que parecía que estaba por salir no asomaba. Finalmente, hace unos diez días su encía comenzó a abultarse más hasta que dio lugar a su primer diente. Salió exactamente al año, cuatro meses y veintidós días y me di cuenta que ya estaba afuera porque Faustina me mordió un dedo! Las personas con síndrome de Down suelen tener un retraso en la aparición de los dientes. Incluso pueden presentar faltante de piezas dentarias. Pero como cada persona es única y particular conozco a niños que vieron salir su primer diente en distintos momentos. Hay casos de niños con dientitos a los ocho meses y otros que a los dos años aún no tienen ninguno! Faustina tiene frenillo labial en la encía superior así que el pediatra ya me dijo que los dos dientes centrales de arriba va a tenerlos separados. Los chicos que tienen frenillo abajo son operados porque les dificulta la movilidad de la lengua y con ello la masticación y el habla. Pero el frenillo superior no se opera ya que la única consecuencia es estética. Así que pronto la veremos con sus dientes separados! Pero como todo llega a su tiempo, tendré que tener paciencia y esperar que se complete la dentición. Ya será el momento de llevarla al dentista, de enseñarle a cuidar sus dientes a través de la alimentación y de que aprenda a usar cepillo y pasta dental. Por el momento usa el cepillo de dientes para peinarse y lo hace con mucho estilo! En el caso de Faustina, por ahora se trata del único diente que tiene. Ya saldrán los otros y podrá no sólo masticar los alimentos sino morder dedos, chupetes, juguetes y otras cosas!Ver más
Cómo estimular la relación palabra-acción en bebés con síndrome de DownHacía mucho tiempo que venía diciéndole a Faustina "tomá y dame" pero sólo tomaba el objeto que le daba y no me lo devolvía! Un día jugábamos en la cama mientras yo ordenaba un bolsón de pañales y le dije: "tomá Fausti, dale a la abuela los pañales". Pero no se los daba. Entonces pensé que podía entender el sentido de lo que le pedía pero no podía realizarlo poniendo su cuerpo en acción. Creí que primero tenía que aprender el movimiento y le dije: tomá (lo agarró), dale a la abuela (y le llevé la mano con el pañal en dirección a la abuela). Lo repetí un par de veces (tomá-dale, poniéndole el pañal en su mano y acompañando el movimiento del brazo) y la tercera vez le repetí la indicación (tomá, dale a la abuela) y lo hizo! Con esto me di cuenta que a veces es necesario ayudarla a experimentar el nuevo movimiento que acompaña las palabras. Repetir las palabras y mostrar cómo yo hacía no era suficiente. Faltaba hacer el movimiento y sentir con su cuerpo cómo era eso. Acción y palabra van de la mano y, aunque todavía no las dice y no puede hacer muchas cosas, sí puede comprender el sentido. También le ofrecí objetos y un recipiente y le mostré cómo los colocaba adentro. Pero hasta hace poco me parecía impensado que iba a lograrlo porque Faustina sólo sacaba juguetes y objetos de las cajas y canastos para revolearlos con ganas. Evidentemente aún no había hecho los procesos necesarios para lograrlo. Pero ya aprendió a colocar con sus manitos unos bloques adentro del contenedor o de un balde que le doy. Durante un tiempo estuve mostrándole los bloques de a uno y diciéndole: "mirá Faustina: este, acá" (y yo lo colocaba en el balde o en la caja. Después empecé a dárselos a ella y le repetía: "este, acá", señalando la caja. Hasta que un día le dije "ese, acá" y trató de ponerlos en la caja. Al principio fue sólo intención porque no lograba colocarlos adentro y cada bloque caía al costado. Pero después de probar un par de veces lo logró. También le preparé una caja de zapatos vacía, sellada con una tapa con un agujero que le hice con el propósito de meter y sacar objetos de allí, y le coloqué pelotas de distintos colores (de esas que se compran para los peloteros). Durante mucho tiempo jugó a sacar las pelotas de la caja metiendo su mano en el agujero y ahora ya las puede poner adentro. No es que ya es capaz de guardar los juguetes si se lo pido! Pero gracias a que aprendió esto, puedo pedirle las hebillas y gomitas del pelo que se saca de un tirón, por ejemplo, y con solo decirle "dame", las pone en mi mano y evito que se las lleve a la boca! Es importante destacar que ahora puede darme un objeto o colocarlo en un recipiente porque estaba preparada para hacer este aprendizaje. No hubiese sido posible que lo lograra si no hubiera hecho determinados procesos mentales, de coordinación psicomotriz o si no hubiese contado con un entorno adecuado. Recordá siempre que cada niño tiene su propio tiempo y ritmo de desarrollo. Nunca compares a tu hijo con otros chicos. Valorá sus logros y con ello fortalecerás la confianza en sí mismo.Ver más
La maternidad: ese lugar emocionalHoy es el último día del año y no puedo dejar de hacer un balance, no como el recuento de cosas positivas o negativas sino más bien como una reflexión de un punto del proceso que estoy atravesando. Ese punto implica mirar hacia atrás y también hacia adelante y ver qué hice yo para estar aquí sentada escribiendo estas palabras. ¿Qué hice? Me animé a armar mi familia siendo soltera. Y llegó Faustina! Y la vida me cambió radicalmente porque me presentó los retos de la maternidad estando sola y la responsabilidad de darle lo mejor a mi hija con síndrome de Down para potenciar su vida todo lo que pueda. Mi hija llegó a través de un tratamiento de fertilidad, después de un largo proceso que finalmente se concretó cuando dejé aflorar todo el amor y el compromiso que tenía adentro. Algún día ella sabrá que la decisión la tomé con el mayor amor del mundo, con la responsabilidad y la seguridad de estar haciendo lo mejor que podía para mí y para ella. No me caben dudas de que es una de las mejores decisiones que tomé en la vida y la más trascendente. Hoy vivo la maternidad como una festividad. La maternidad es ese lugar emocional que me vuelve a sostener, que me hace reír cada día, que me escucha cantar, me llena de energía, de fuerzas, de entusiasmo. Lo intuí desde siempre, pero con Faustina lo confirmo cada día. Descubrí que es un espacio en el que definitivamente me siento cómoda, feliz, relajada. Así que si volteo la mirada para atrás, veo el logro que alcancé porque armé mi familia con Faustina. Aunque tuve que superar muchos obstáculos y frustraciones, en todo el camino las ganas de ser madre nunca se pusieron en duda. En el punto donde me encuentro siento que llegó lo mejor a mi vida. Y si miro hacia adelante, veo mi vida con Faustina y ya no puedo pensarla sin ella, sin sus miradas, sus risas, sus manitos, su amor… Hacer una familia no solo me trajo a Faustina sino también la participación de ustedes que entraron a mi vida, las alegrías de compartir la experiencia, la fuerza de la palabra que da aliento, la certeza de saber que también ustedes, lectores y seguidores, son parte de este mundo nuevo que voy andando. Y eso me emociona y me hace tener más motivos para celebrar! A través de este blog, y desde lo más profundo de mi corazón, deseo que el próximo año sigamos juntos en este camino y que cada uno de ustedes puede encontrar cómo alcanzar su propio sueño.Ver más
¿Cómo será la vida de mi hija con síndrome de Down?¿Cómo será la vida de mi hija con síndrome de Down? Voy transitando el camino y me voy imaginando cada vez más cosas lindas para ella. Mis esfuerzos, por ahora, se concentran en los desafíos de la etapa que está atravesando (ya tiene casi ocho meses), pero pienso mucho en su futuro. Y estoy segura que le va a ir bien, muy bien. Que muchas cosas podrán ser más difíciles que otras… pero que estará bien. Desde que nació tengo una especie de plan de crianza para ella. Parece una idea loca. No sé si otros papás tienen planes o no, si está bien o está mal. Cuando nació, lo primero que pensé fue que, además de darle amor, su vida y su futuro dependían de cómo yo la presentara al mundo. Fue fácil. Como yo viví su llegada con alegría y naturalidad, la presenté de la misma manera. Respecto del plan, se trata de recorrer cada día paso a paso y llegar al futuro sabiendo de los pasos firmes que dimos. Que no se malinterprete: no hablo de un plan para su vida sino uno que tengo que se refiere a qué voy a hacer yo como mamá para educarla. El plan incluye diversión, mimos, reglas, límites, amor, proyectos... Hace algunos años atrás, las personas con síndrome de Down (SD) eran ocultadas, invisibilizadas por su condición. Muchos padres se avergonzaban de tenerlos, los internaban, los abandonaban, o le pedían al médico que “se deshiciera” del hijo no querido. Hoy las cosas han cambiado mucho y pienso que los chicos con este síndrome y sus papás estamos en un lugar más privilegiado, respecto de aquellos niños y familias de otras generaciones (aunque lamentablemente persisten casos de abandono, maltrato, rechazo, discriminación…). Ha habido un cambio muy grande y se han logrado muchas cosas, como la inclusión de nuestros hijos en escuelas comunes, por ejemplo. Pero todavía quedan muchos desafíos por vencer. El acceso al trabajo es uno de ellos, así como alcanzar una mayor concientización sobre la importancia de la inclusión y la diversidad. Pero, indudablemente, con ese cambio hay una mejor perspectiva de vida. Las personas con SD que reciben una buena estimulación, comprensión, apoyo y contención familiar, por ejemplo, pueden vivir sus vidas con proyectos propios, autonomía, trabajan, viajan, tienen familia, amigos, vida social. ¿Sabés cómo me imagino a mi hija? Feliz, autónoma, tratando de alcanzar una vida independiente, parlanchina, divertida, sociable, haciendo viajes, enamorándose, con amigos, con trabajo, con sus propias metas, con un poco de ayuda, seguramente… pero no mucha. Simplemente me imagino a mi hija llevando una vida como cualquier otra persona. Y feliz. Muy feliz.Ver más
Del balbuceo al tatatá!“¿Ya va a empezar a decir sílabas? Yo le digo ta ta ta ta, ma ma ma pero por ahora sigue con el balbuceo y lo único que dice es aaaaaaa”, les dije a las estimuladoras en medio de la reunión de evaluación de Faustina. Y es que sé que el lenguaje suele desarrollarse con algunas dificultades en las personas con síndrome de Down. Las dos me miraron y me dijeron que Faustina estaba haciendo un esfuerzo muy grande para sentarse y mantener el equilibrio. Por un segundo pensé: “y qué tiene que ver esto con el lenguaje?” La respuesta vino inmediatamente con el mejor ejemplo que me pudieron dar: “imaginate que estás aprendiendo a manejar un auto. Estás tratando de coordinar muchas cosas a la vez: el volante, los pedales, los cambios, los obstáculos que hay en la calle, el semáforo… si te concentrás en los pedales, no podés ni poner un cd y si te hablan ni te cuento! Imposible responder! Bueno… lo mismo le pasa a un chico cuando está aprendiendo a sentarse: toda la concentración está puesta en mantener el equilibrio. Por supuesto que a esto no puede sumarle el esfuerzo de hablar!” Tenían razón. Recordé mis primeras veces en el auto cuando me concentraba en los cambios y no sabía qué hacer con los pies. “Fijate que, seguramente, cuando está en una postura segura, es cuando “habla” y hace sus balbuceos”, me dijeron. A la semana de esta conversación, Faustina ya decía sus primeros da da da o ta ta ta, no sé muy bien porque cuando empezó no era claro distinguirlo; más bien era un dta dta dta o tda tda tda. Imposible explicar la inmensa emoción que sentí al escucharla. Imposible porque hasta lloré de la emoción! Durante varios días la alegría se me escapaba del cuerpo y desbordaba por todos lados. Todavía, ella no se cansa de repetir los tatatatatatatatata, que cada vez son más fuertes, y yo no paro de emocionarme cada vez que los dice. Eso sí, generalmente grita tatatá cuando protesta!!Ver más
¿Debemos tener un "miedo especial” por nuestros hijos con Síndrome de Down?Hace pocos días conocí al papá de un bebito con síndrome de Down (SD) que me confesó: “¿sabés cuál es mi mayor miedo? Que un día venga un hijo de p… y le diga algo a mi hijo”. Todos los papás de hijos con discapacidades sufrimos, en algún momento de la vida, el temor de que nuestros hijos sean discriminados y maltratados. Cuando nació Faustina, muchas personas con familiares con SD me contaron situaciones de maltrato y discriminación y me advirtieron que estuviera preparada porque algún día tendría que lidiar con ello. Pero cuando escuché la preocupación del papá reflexioné un momento y le dije: “¿sabés qué? Todos los chicos son vulnerables. Pensá en cuántos niños que no tienen SD son maltratados? Millones en el mundo”. El papá me miró y me dijo: “tenés razón. No lo había pensado”. La conversación fue disparadora de una pregunta que me hice: ¿debemos tener un “miedo especial” porque nuestros hijos tienen síndrome de Down? Yo creo que no. No es sano vivir con miedo por eso. No nos hace bien a nosotros como padres ni tampoco a nuestros hijos. Quisiera pensar que jamás va a pasarnos, que nunca la van a agredir a Faustina de ninguna manera. Pero es algo inocente pensar eso. Probablemente nos ocurra y voy a sufrir por ella, por querer protegerla y evitarle los malos momentos o las consecuencias que ello pueda traer. Sin embargo, creo que cuando suceda, simplemente lo enfrentaremos de la mejor manera posible. Para ese día, la fortaleza y la sabiduría nos guiarán el camino. Pienso que no podemos convertirnos en papás inseguros o miedosos. Yo apuesto a que mi hija se sienta segura en el mundo y que pueda desarrollarse como una persona capaz de defenderse, integrarse, compartir, aceptar las diferencias y aprender a vivir enfrentando sus propios miedos. Y estoy convencida que para que eso suceda tengo que desempeñar con seguridad y confianza mi rol como mamá! No?Ver más
¿Mi bebé con síndrome de Down va a caminar? Cuándo, cuándo, cuándoAl principio, todo fue incertidumbre. Si bien me sentía tranquila porque sabía que Fausti, a su debido tiempo, iba a lograr muchas cosas, el problema fue la ansiedad. Cuándo, cuándo, cuándo. Yo quería saber cuándo Faustina iba a sentarse, a caminar o a hablar, por ejemplo. Jamás había visto cómo era el desarrollo de un bebé con este síndrome y, por lo tanto, no sabía qué esperar. La ansiedad me mataba. Ahora me pregunto para qué quería saber eso. ¿es que uno siempre quiere tener certezas sobre cómo Desde chiquita, Faustina comenzó fortaleciendo su tronco estando un ratito boca abajo cada día seguirán las cosas? ¿Tan fuerte son los modelos normalizados, esos que los médicos, las abuelas, las revistas y el saber popular dicen que a determinada edad un bebé tiene que sentarse, caminar o sacar sus primeros dientes? ¿Están tan establecidos como “normalidad” que nos cuesta entender que cada ser humano tiene su propio tiempo? A medida que pasan los meses, voy comprendiendo más acerca de respetar los momentos y disfrutarlos. Disfrutarlos mucho. Porque con una beba en casa, todo pasa rápido! De un mes para el otro, Faustina aprende a pasos agigantados y hace tantas cosas nuevas que me resulta asombroso ver su crecimiento. Y en definitiva no importa si logra caminar a los 12 o a los 16 meses, no? Además, si queremos que a nuestros hijos los respeten con sus falencias y habilidades, debemos empezar por nosotros mismos. Respetar los tiempos, valorar los logros y dejar de preguntarnos cuándo, porque cada uno tiene sus propios tiempos y maneras de alcanzar las metas. La primera vez que fui a la estimuladora temprana lo primero que le pregunté fue si Faustina iba a sentarse, a caminar y hablar. Claro que va a hacer todo eso! No es que no supiera que las personas con este síndrome caminan, hablan o se sientan. Por supuesto. Pero me preguntaba cómo iba a alcanzar todo eso si me decían que debido a la hipotonía que tenía, es decir, el bajo tono muscular, quizás le costara sentarse, por ejemplo. Y es que el tono muscular se desarrolla con estimulación. Eso le permitió a Faustina tonificar sus bracitos, que al principio eran flojitos y ahora no para de moverlos para agarrar juguetes o llevarse cosas a la boca! También sus piernas y los músculos de su espalda que fueron un blanco muy importante para fortalecer. Desde muy chiquita, Faustina comenzó con algunos minutos diarios acostada boca abajo. En seguida intentaba levantar su cabecita. Es importante que le pongas al bebé un juguete adelante o algo que le llame la atención. Esto que parece una tontería tiene mucha importancia para cualquier bebé. Gracias a eso, mi hija logró controlar su tronco rápidamente lo que hizo poder avanzar hacia otras cosas: rolar, sentarse, girar la cabeza en busca de objetos que se mueven… Al final, uno se da cuenta que las respuestas al cuándo son únicas para cada bebé y para cada persona. Y tener un bebé con síndrome de Down no es demasiado diferente del resto. Por lo menos en mi caso, nada del otro mundo. Simplemente, hay que tener un poquito más de paciencia y un poquito menos de ansiedad.Ver más
El certificado único de discapacidad: entre la angustia y los derechosA pesar de mi optimismo después del parto de mi hija que nació con síndrome de Down, llegó el llanto sin consuelo cuando me entregaron el “Certificado de discapacidad” de Faustina. Me quedé parada en las escaleras del Centro de Salud donde lo tramité, miré el certificado que me acababan de dar y lloré desconsolada y públicamente, frente a las personas que pasaban por allí y me miraban con preocupación. Tenía en mis manos, que temblaban, una especie de Documento de identidad que acreditaba para siempre la discapacidad de Faustina. Eso pensaba en ese momento. Fue duro. ¿Una junta evaluadora de profesionales ponía sellos de discapacidad a mi hija? ¿Me estaban entregando un pasaporte a una vida llena de obstáculos y limitaciones? ¿Estaban etiquetando a mi hija y discriminándola por su condición? No. Nada de eso. Aunque por unos minutos sentí pena por mi hija, me di cuenta que la que estaba poniendo las etiquetas era yo! Le estaba poniendo una carga negativa al certificado. Estaba perdiendo de vista las posibilidades que tenía Faustina de vivir una vida plena. Enseguida, di vuelta la mirada. Además de ser un documento público, el Certificado Único de Discapacidad (CUD) es la puerta de entrada al sistema de salud y a todos los beneficios que declaran las normativas para las personas con discapacidades: cobertura del 100% de los medicamentos y los tratamientos que necesite, por ejemplo. En Argentina, se tramita sacando turno en las Juntas evaluadoras que corresponden por domicilio, con la documentación que piden los centros de salud (DNI, Certificado de nacimiento, certificado médico donde conste el diagnóstico, estudios, carnet de obra social y recibo de sueldo, si cuenta con obra social). El certificado también sirve para tramitar la gratuidad del transporte público nacional de corta, media y larga distancia en trenes, subtes, colectivos y micros (Decretos N° 38/2004 y N° 118/06), el certificado de libre tránsito y estacionamiento, exención de patentes y algunos impuestos, la posibilidad de acceder a una empleo en organismos estatales (de acuerdo con la ley que establece el 4% de cupos para personas con discapacidades), acceso a una asignación familiar por hijo con discapacidad, entre otros beneficios. Desde los dos meses Faustina tiene su certificado. Y yo aprendí a poner énfasis en sus posibilidades y logros. Hoy sé que hay más de cinco millones de personas con discapacidad en la Argentina (según el último Censo) y menos del 8% tiene su CUD porque desconocen que pueden tenerlo. Si estás en Argentina, para acceder a la gratuidad en los Colectivos de la Línea 1 a la 199 y Micros de larga distancia tenés que dirigirte a la Secretaría Nacional de Transporte, Paseo Colón 135 (Ciudad autónoma de Buenos Aires). Para obtener el acceso gratuito a los Colectivos de la Línea 200 a 464 debe dirigirse a la Municipalidad correspondiente a tu domicilio o bien a la Dirección Provincial de Transporte, Av. Nº 7 e/ 58 y 59, La Plata. Si conocés a alguna persona con discapacidad, hacele saber de este certificado.Ver más