Soy maleza. Vivo en un paraje rural de patagonia donde junto a mi familia exploramos el arte, la sustentabilidad, la programación y la libertad mientras construimos nuestro hogar y re-salvajeamos un pequeño lote de media hectárea.
La búsqueda es desarrollar una nueva cultura para nosotres, nuestres hijes y tode aquel que quiera compartirla; centrada en la sustentabilidad y la libertad. Vivimos una realidad en la que se cruzan y dialogan cotidianamente nuestras influencias solarpunk con la subsistencia en el sur global. De este diálogo es que surgió el concepto de pachapunk, un intento de definir nuestra propia utopía; local pero inserta en este mundo globalizado, contemporánea y a la vez atravezada por el anacronismo del "atraso" tecnológico de las márgenes, sustentable por la conciencia y a la vez por la supervivencia.
Se puede imaginar futuros utópicos también aquí? Qué pasa cuando la permacultura es a la vez búsqueda y necesidad? Cómo es un pemacómputo que más allá de la búsqueda idealista se construye desde la escacéz de recursos y la infraestructura precaria? Es posible una ruralidad del cuido, amorosa con nosotres y el medio; practicable por niñes, adultes, ancianes, divergentes, todes?
Mientras intentamos responder estas preguntas desarrollamos software, construímos con algas y barro, implementamos diseños propios y ajenos que mejoran con el uso y la revisión cotidianas, compartimos saberes y tejemos con nuestres vecines nuevas formas de estar y florecer en la abundancia de la austeridad.