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Si estás tan seguro, quema tus barcos

QUEMA TUS BARCOS El origen de la frase se remonta a los tiempos de Alejandro Magno en el siglo III antes de Cristo. Cuenta la historia que al llegar a las costas fenicias, Alejandro Magno observó que sus enemigos lo triplicaban en número. Tanto su ejército como él mismo era consciente de eso y se replanteó sus posibilidades de salir con vida de ahí. Luego de desembarcar en tierras fenicias, Alejandro Magno ordenó quemar las naves mientras el líder macedonio reunió su ejército y les dijo: "Observad cómo se queman las guardias. Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos no podemos volver a nuestros hogares. Y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos de esta batalla, ya que sólo hay un camino de vuelta y es por mar. Caballeros, cuando regresemos a casa, lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos." Y así fue.
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Fénix: Morir y arder en tu propio fuego

En la mitología griega, el Fénix es un ave de larga vida que se regenera de las cenizas de su predecesor. Según algunas fuentes, el fénix muere en un espectáculo de llamas y combustión. Existen diferentes tradiciones con respecto a la vida del fénix, pero en la mayoría de estas vive unos 500 años antes de su renacimiento. Antiguas leyendas hablan de la existencia de un ave mitológica, conocida con el nombre de Fénix, la cual poseía la extraordinaria capacidad de, una vez llegada su muerte, arder hasta consumirse, para posteriormente resurgir, renaciendo nuevamente de sus propias cenizas. Además, también se decía que sus lágrimas poseían poderes curativos. "Debes estar preparado para arder en tu propio fuego: ¿Como podrías renacer sin haberte convertido en cenizas?” Nietzsche
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Cruzar el Rubicón

En la mañana del 11 de enero del año 49 que, al amanecer, un guía les indicó el camino, César iba a tomar una de las decisiones más trascendentales de su vida. El día anterior, como si nada extraordinario fuera a suceder y para no levantar sospechas, había asistido en Ravena a un espectáculo público y a continuación participó en un concurrido banquete, según su costumbre. En mitad de la cena se levantó de la mesa y dijo a los comensales que debía abandonarlos un momento. Partió en secreto con una pequeña escolta. En la oscuridad de la noche, el carro de César se extravió y anduvo durante largo tiempo dando vueltas hasta que al amanecer, un guía les indicó el camino correcto, aunque él y sus acompañantes tuvieron que ir a pie por senderos muy estrechos. El Rubicón señalaba el límite entre la Galia Cisalpina e Italia, y según la ley romana ningún gobernador provincial podía atravesarlo al frente de sus tropas so pena de ser declarado enemigo público. César era plenamente consciente de las consecuencias que tendría el hecho de atravesar el río con sus legiones. Por ello, expresando en voz alta sus encontrados sentimientos, dijo a sus hombres: «Ahora todavía podemos retroceder, pero si atravesamos este pequeño puente, todo tendrá que resolverse con las armas». César estaba aún dudando sobre qué hacer, a continuación puso su destino en manos de la Fortuna con una frase que ha quedado para la historia: Alea iacta est, «la suerte está echada» o "los dados están echados" Para los romanos, la mejor tirada era la que llamaban «la suerte de Venus», y precisamente de esa diosa descendía la gens Julia, la familia de César.
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La araña y un ciclo infinito de creación

La araña es un ser delicado que habita en una red de precisión, frágil y resistente. Su telaraña, obra maestra de ingeniería, se puede romper en las tormentas. Pero la araña no se detiene. Con paciencia reconstruye punto por punto, hilando nuevamente su hogar. Haciendo su telaraña cada vez más resistente. Las tormentas pasan, pero su telaraña vuelve a elevarse, más fuerte y más hermosa. En su ciclo sin fin, la araña sigue tejiendo, por el instinto de crear un santuario donde pueda crecer, protegerse y florecer.
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La paciencia del bambú

El bambú japonés no crece inmediatamente. Ni siquiera crece en las siguientes semanas. No importa cuánto se lo riegue o abone. El bambú no crecerá ese año. Tampoco en el siguiente. Porque esta planta tarda siete años en salir a la superficie. El cultivador inexperto pensará que la semilla ha muerto. O que sus cuidados durante las primeras semanas fueron en vano. Pero pensar de esta forma es un error porque el bambú necesita 7 años de cuidados para salir a la superficie. Durante esos 7 años genera sus raíces, se carga de la energía necesaria para crecer porque después de ese período, después de 7 años de preparar el suelo, fortalecer sus raíces y generar todo lo necesario para su crecimiento, el bambú saldrá a la superficie y crecerá 30 metros en sólo 6 semanas.
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La incomodidad de la langosta

La langosta es un animal blando que vive dentro de un caparazón rígido, que no se expande. A diferencia de lo que sucede con otros animales, el exoesqueleto (o caparazón) de las langostas no crece al mismo ritmo que su cuerpo. A medida que la langosta crece, ese caparazón se vuelve una prisión y al poco tiempo pasa a ser un lugar incómodo y limitante. Eso la lleva a esconderse bajo las rocas para protegerse de los predadores, desprenderse de su exoesqueleto y producir, poco a poco, uno nuevo. Es un proceso de endurecimiento hasta que el animal se siente cómodo con su nueva "casa". Además, esta no será la única vez que realice esta mudanza, sino que repetirá el proceso a medida que vaya creciendo. Este ciclo se repite una y otra vez hasta que el animal alcanza su tamaño óptimo. Lo que impulsa a la langosta a continuar creciendo es ese sentimiento y estado de incomodidad.
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La transformación del águila: Transformarse o morir

Las águilas viven 70 años, pero a los 40 años tienen que tomar una difícil decisión, sus uñas se vuelven tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico, alargado y puntiagudo, se curva demasiado apuntando contra el pecho y ya no le sirve. Sus alas están envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se le hace muy difícil. Tiene dos alternativas: abandonarse y morir, o enfrentarse a un doloroso proceso de renovación, que consiste en volar a un nido en las montañas cerca de una pared. Comenzará a golpear su pico contra la pared con mucha fuerza hasta conseguir arrancárselo. Después esperará el crecimiento de un nuevo pico, con el que se desprenderá una a una sus viejas uñas. Cuando las nuevas garras comienzan a nacer, comenzará a desgarrarse sus desgastadas plumas. Después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros treinta años más...
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Buscamos casita en Vicente López

Hace muchos años estamos de acá para allá con mis gatos, sin un lugar estable, donde por fin sacar mis cosas de las cajas, hace más de dos años que mis cosas están en cajas, una de las sensaciones más tristes. Dije mis gatos en plural, aunque ahora sólo está Fifi conmigo, porque una de mis mudanzas fue antes de conocerlo, y fue con Molina, ella fue parte de esos procesos, Moli ya no está físicamente pero yo quiero y siento que me acompaña, ella también es parte de este objetivo, de encontrar una casita en Vicente López. Siento que nunca le pude dar lo que yo soñaba darle, sé que la vida que tuvo le fue suficiente, o al menos hasta cierto punto meses previos a enfermarse, pero me apena mucho que se haya ido de este mundo sin vivir conmigo la experiencia de tener nuestro hogar. A cada lugar que fuí intenté sentirlo mi hogar, y quienes convivieron conmigo saben que les dejé un hogar, sé que algo les aporté a sus vidas, algo que antes no estaba ahí, aunque ya tuvieran su hogar, yo les dejé un hogar aún más hogar. En cada casa, depto, que estuve, intenté sentirlo mi hogar, aunque mis cosas siguieran adentro de cajas, apiladas, cerca o lejos de mí, aunque esas cajas ahora tienen polvo, y más grietas y encintados que al principio. El Tordo (pájaro del que hablé hace poco) vino a recordarme, que como él, no tengo nido. Tuve mucho miedo, varias veces. De no poder pagar el siguiente mes, de no poder devolver préstamos a corto plazo, pero sobre todo, de no llegar con el total al siguiente mes. Me tenía que tirar a la pileta, y el miedo pudo más. Estoy pagando las consecuencias de la cobardía, de la falta de confianza, la falta de confianza en mí, la falta de confianza en el universo. Durante un tiempo sentí cierta pesadez y vergüenza por otra vez subir una placa que dice que buscamos un lugar en Vicente López. No quiero dejar mi vida de catsitter, no quiero dejar el crecimiento de mis proyectos que incluyen asistir, ayudar a animales, mejorando su calidad de vida, mis proyectos para formar catsitters a lo largo y ancho del mundo, mis productos digitales, mis servicios animales. Los animales son toda mi vida, les debo mucho, tal vez les debo todo. Gracias por leerme. Ojalá estas palabras lleven mis sueños al justo lugar. Ojalá llegue al justo lugar otra placa que dice que buscamos casa en Vicente López.
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